Cuando empezamos a recorrer el camino de la eficiencia y la calificacion energetica nos encontramos con muchas ideas que flotan tanto en medios impresos, electrónicos y digitales, como entre conocidos, amigos y familiares. Todos parecemos saber un poco o mucho de este tema. Pero, ¿qué tan ciertos y eficaces pueden ser estos consejos que rondan en nuestra cabeza cuando deseamos hacer eficiente nuestro consumo energético? A continuación te explicaremos algunos de ellos.

Por ejemplo, desde que se popularizó el uso de focos ahorradores y focos LED para consumir menos energía eléctrica al iluminar nuestras casas, hemos escuchado que es mejor dejarlos encendidos. Pues no es cierto. Si bien es verdad que en su fase de encendido utilizan más energía que posteriormente, por lo que no es bueno estar encendiéndolos y apagándolos, el consumo es mucho mayor si los dejamos encendidos de forma continua. Depende de cada foco, pero si la luz ya estuvo encendida por más de dos minutos, es seguro decir que al apagarlo estarás ahorrando más energía que si lo dejas encendido.

¿Y qué hay de la diferencia en el consumo energético al tomar una ducha o un baño? ¿Cuál es más eficiente?

Ello depende de varios factores, por ejemplo, de la duración de tu ducha, cuánta agua gastes en llenar tu bañera, y en si utilizas la misma fuente de calefacción para el agua usada en ambos métodos. Existen duchas que sólo calientan el agua al usarlas, por ejemplo. Y también dependerá de la eficiencia de tu caldera en general, del aislamiento térmico del tanque en qué ésta almacena el agua caliente y del estado de las tuberías de tu casa que transportan el agua caliente.

Sobre los congeladores, por ejemplo, también existen ciertas ideas rondando el ambiente. ¿Cuál es más eficiente? ¿Uno pequeño o uno grande? Aquí el truco no es el tamaño: es la eficiencia en el consumo eléctrico (que es mejor en modelos más recientes) y en el aislamiento térmico del congelador. No siempre uno más pequeño es más eficiente. Más bien depende de la facilidad que te implique abrirlo o cerrarlo, puesto que al dejarlo abierto por más de un minuto, a un congelador normal le llevará al menos 30 minutos recuperar su temperatura original.

Hay un último «consejo» o «mito» de la eficiencia energética que nos gustaría mencionar. Se dice que con el calentamiento global, se hará menos necesario a futuro pensar en el aislamiento térmico de las casas y edificios. Eso es totalmente falso. El calentamiento global no representa un incremento placentero de las temperaturas. Más bien implica una inestabilidad creciente en el clima y temperaturas más extremas tanto en el verano como en el invierno, por lo que cada vez es más necesario pensar en el aislamiento térmico como una forma de hacer eficiente el uso de la energía