Hemos hablado ya en este blog de la importancia de la eficiencia energética, y de la legislación que rodea en nuestro país a la certificación energética edificios y casas. Pero ¿qué hay del uso real de energías eficientes en España? ¿La legislación hacia los particulares se corresponde con una realidad en la producción de energía?

Increíblemente, sí. A pesar de la poca importancia que tenía de forma tradicional tenían estas formas más amigables de producir energía en territorio ibérico, los últimos años del siglo XX y lo que va del XXI han visto como esta importancia se incrementa y cómo la energía renovable ha adquirido un papel protagónico en la producción de electricidad y calefacción en nuestro país.

Desde las cuestiones legales y de planeación, representadas por el Plan de Fomento de las Energías Renovables, que en el año de 2010 tenía por objetivo que más del 20% de la energía eléctrica proviniese de fuentes renovables, y que al final quedó a la mitad, logrando un nada despreciable 12%.

De entre las energías renovables, la que mayor crecimiento ha experimentado es la energía eólica. Ciertos análisis indican que en el primer semestre del año 2013, el uso de energía renovable para producir electricidad aumentó un 40% en el Estado español, respecto a las cifras del año 2012. Las dos energías que más aportaron a este incremento fueron la eólica, con un 50% y la hidráulica, con un 35%.

Ello ha permitido que si bien la energía eléctrica no se abarate considerablemente, no sufra los aumentos que sufre en el resto de la Unión Europea.

La sustitución de electricidad producida con fuentes de energía convencionales por energía eólica modifica el nivel del suministro, lo que permite que los precios no se incrementen. Es más, de acuerdo con esta lógica de mercado, podríamos decir que los precios podrían hasta bajar, lo que tendría un impacto positivo en le economía, fomentando el consumo y permitiendo que las empresas gastasen menos en energía, o sea que podría ser un motor para la reactivación económica. Los retos energéticos del continente en general, y de nuestro país en particular, demandan que se miren con atención estos avances para que la energía se obtenga de diversas fuentes, permitiendo que los precios se mantengan en lugar de dispararse.

De acuerdo con las empresas del ramo eólico, de hecho, sí hay una disminución del precio de la energía eléctrica gracias al uso de la energía eólica para su producción.

En enero del año 2014 el precio es un 37% menor del precio del mismo periodo del año anterior.

Como  podemos ver, ya no es cuestión sólo de ir hacia lo renovable por una cuestión ecológica. El factor económico, que influencia tanto la actuación política y social en la actualidad puede volverse determinante al momento de que sociedad, empresas y gobierno giren la cabeza hacia las formas renovables, sustentables y eficientes de energía.