Resulta muy interesante pensar que después de la reforma legal que llevó al certificado energético a convertirse en un trámite obligatorio tanto para inmuebles de uso habitacional como para locales comerciales, ya han pasado casi 7 años, aún no hemos llegado al nivel de eficiencia que las instituciones españoles evidentemente esperaban con estas modificaciones administrativas.

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Ha habido avances, y éstos son innegables, pero quizá falta mayor consciencia de la importancia de la calificación energética para que se profundicen las auditorías y las reformas en el parque inmobiliario comercial de ciudades tan llenas de locales comerciales como lo es Madrid.

Si bien es difícil encontrar datos que nos permitan clarificar la calificación energética promedio de los locales comerciales de la ciudad de Madrid, algunas cifras pueden ayudarnos a esclarecer el panorama.

Cifras respecto a la calificación energética de los locales comerciales en Madrid

Dentro de nuestros propios archivos, aquí en certificadodeeficienciaenergetica.com, no podemos ofrecer un panorama demasiado alentador. Son muchos los portales inmobiliarios que esperan a recibir una oferta de alquiler o venta para realizar a último momento una certificación energética y por ende, los propietarios no realizan las modificaciones estructurales necesarias para mejorar la calificación obtenida.

Si “cerramos” los datos entre el año 2013 y el año 2018, de las certificaciones energéticas realizadas por los especialistas calificados inscritos en nuestro portal, sólo alrededor del 0,25% han obtenido una calificación energética de “A”. Ello es ciertamente muy poco y refleja el hecho de que el parque inmobiliario comercial madrileño cojea de la misma pata que el parque inmobiliario habitacional: su edad y los problemas estructurales que de ello se derivan.

En el otro extremo de la calificación energética tenemos que alrededor del 25% de los locales comerciales evaluados obtienen una calificación de “G”. El resto se dividen de forma heterogénea: calificación de B: 0,75% de los certificados otorgados, calificación energética de “C”: 2% aproximadamente de los certificados realizados, “D” tendrán alrededor de 48% de los locales calificados, “E” corresponde a un 12% y finalmente, “F” cuenta con un porcentaje de 12% en igual forma.

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Como podemos ver, los locales comerciales evaluados de forma óptima en relación a su uso de energía son demasiado pocos. Es por ello que hace falta que se tome con mucha más seriedad el hecho de que los locales comerciales también tienen una huella de carbono y que son tan o más consumidores de energía que los inmuebles habitacionales.

Locales comerciales: la importancia de ser eficientes

Es muy importante tener en cuenta que las construcciones con un objetivo comercial conforman una porción enorme del parque inmobiliario español. Sirven como plataforma para la mayoría de las principales industrias del país y brindan al público en general áreas en las que trabajar, comprar, socializar y relajarse. No hace falta decir que los edificios comerciales desempeñan un papel crucial en la España actual. Sin embargo, a pesar de que la inversión en este sector en auge está en aumento, los edificios comerciales se encuentran entre algunos de los edificios con peor desempeño en términos de eficiencia energética. La cuestión es entonces no sólo detenernos a pensar en esta calificación (en la cual ya hemos abundado un poco), sino también pensar qué perspectivas puede haber para mejorar esta nota promedio.

De acuerdo a datos recientes, el sector comercial es responsable de aproximadamente el 26% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero de los edificios españoles. Si consideramos que actualmente la población mundial consume el equivalente a 1,6 del total de los recursos que el planeta produce al año, la situación es alarmante. Otros datos e investigaciones nos arrojan datos que estiman que si nuestro consumo energético y de recursos naturales en general se mantiene en los porcentajes actuales, el planeta llegará a los 2°C de temperatura promedio adicional en menos de 17 años, además de que el impacto en la naturaleza será irreparable.

Como resultado de esto, la UE está revisando actualmente sus objetivos de eficiencia energética de cara a la UE 2030, y se destaca que los edificios en general tienen un gran potencial para reducir las emisiones globales si se hacen esfuerzos para hacerlos más eficientes energéticamente.

¿Cómo podemos ser más eficientes?

Hay tantas cosas que los propietarios de locales comerciales pueden hacer para ser un poco más respetuosos con el medio ambiente, pero en términos generales hay un proceso tres pasos que puede resultar una guía muy práctica a este respecto:

  1. Inversión de parte de la administración oficial, en una forma significativa para que abarque habilidades y capacidad para mejorar la gestión de bienes inmuebles de carácter comercial, así como ofrecer reformas enfocadas al fomento de la eficiencia energética
  2. Instalación de infraestructura con un bajo índice de generación de carbono.
  3. El diseño, creación e implementación de productos y servicios de eficiencia energética.

La calefacción y la iluminación son dos áreas en particular donde se deben hacer cambios. Veamos esas dos áreas con más detalle:

Iluminación

Un paisaje urbano en la noche es simplemente algo que es agradable al contemplarlo; cualquiera que haya visto las luces brillantes de cualquiera de las grandes ciudades europeas, estará de acuerdo.  Desafortunadamente, también es un uso increíblemente ineficiente e irresponsable de la energía y un desperdicio de recursos valiosos. La iluminación nocturna no es solo uno de los muchos malos hábitos que tiene el sector comercial en la actualidad. También es uno de los más fáciles de arreglar.

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En 2013, Francia estableció un requisito legal para que las tiendas y oficinas de todo el país apagaran sus luces durante la noche en un intento por combatir la contaminación lumínica. Se espera que esto ahorre 250,000 toneladas de CO2 por año, aproximadamente la energía suficiente para alimentar a 750,000 hogares franceses durante un año, según el Ministerio de Medio Ambiente de Francia. Por lo tanto, si desea reducir la huella de carbono de su local comercial, apague la luz por la noche. Tan fácil y tan difícil a la vez, cuando hay una gran costumbre de décadas de dejar las luces encendidas por la noche en grandes locales comerciales.

Otro cambio fácil pero efectivo que se puede implementar de inmediato es actualizar a la iluminación LED. Requiere muy poca inversión inicial y ofrece rendimientos inmediatos.

Por lo general, el ahorro de energía que se obtiene al cambiar de una fuente convencional a un LED es del 50-60%. También requieren cambiar con mucha menos frecuencia, lo que significa que también se harán ahorros en términos de mantenimiento. Este beneficio es doble, lo que brinda al equipo de mantenimiento el tiempo para ser más proactivo en iniciativas de energía en lugar de cambiar las lámparas.

Un estudio reciente realizado en los Estados Unidos sostiene así mismo que los ahorros serán dos veces más altos para el año 2020 al cambiar a LED de lo que son actualmente, cuando la tecnología se vuelva aún más eficiente.

Calor

Los costos de calefacción y refrigeración de un local comercial parecieran están siempre en aumento. A menudo, abordar la eficiencia energética sin un enfoque multisistema puede ser inútil, sin ahorros tangibles. Nuevamente, al igual que con la iluminación, es en gran medida un cambio de comportamiento que beneficiará más al sector que utilizas los locales comerciales para cumplir los objetivos de eficiencia en el futuro. Por ejemplo, una mera ampliación de la gama de temperaturas dentro de un local comercial, programando que la calefacción y la iluminación varíen de acuerdo con los tiempos pico de ocupación, puede hacer reducciones drásticas a la huella de carbono y las facturas de energía.

Si el parque inmobiliario es responsable de más del 30% del consumo final de energía en el mundo y el 15% de esta energía se utiliza en el calentamiento y enfriamiento de espacios interiores, resulta evidente que es un punto en el que hay que poner mucha atención. Por lo tanto, es imperativo que los dueños de locales comerciales revisen a fondo sus sistemas de calefacción y refrigeración si desean realizar mejoras.

Actualmente, el calentamiento de los edificios se basa en gran medida en tecnologías de quema de combustibles fósiles y el enfriamiento está dominado por sistemas eléctricos que usan en forma muy intensiva los combustibles que producen gases de invernadero. Los estudios sugieren que al implementar métodos de calefacción y enfriamiento con bajo o cero uso de carbono en los locales comerciales, como la energía solar térmica, las “bombas de calor”, el calor y la energía combinados (CHP) y el almacenamiento de energía térmica, tenemos el potencial de reducir las emisiones de dióxido de carbono en aproximadamente 2 giga toneladas y ahorrar 710 millones de toneladas de petróleo (el equivalente en energía producida a lo largo de los próximos 34 años).

Para muchos locales comerciales ya existentes, un cambio en la calefacción, el sistema de enfriamiento y la envolvente del edificio pueden resultar muy caros y “asustar” a los propietarios. Además de que algunas modificaciones necesitan una revisión completa de los sistemas existentes de calefacción y refrigeración, aislamiento, ventanas, etc. Lamentablemente, los costos iniciales más altos implicados y la posterior espera de retorno financiero hacen que muchos propietarios opten por utilizar los sistemas de calefacción ineficientes existentes. Esto a menudo obstaculiza otros esfuerzos de eficiencia energética que se han hecho, haciendo que la lucha por la eficiencia energética sea un esfuerzo serio pero ineficaz.

Aunque puede ser costoso, no hay que pasar por alto la multitud de opciones de calefacción y refrigeración sostenibles en el mercado actual. Es solo a través de un enfoque multifacético que el sector de la construcción comercial realmente puede tener un impacto tangible en su huella de carbono.

Un local comercial eficiente es un local productivo. Al ser considerados en la forma en que generamos y usamos la energía, podemos ayudar a revertir el cambio climático provocado por el hombre y al mismo tiempo recibir una serie de beneficios lucrativos para el sector. También podemos dar un ejemplo para que los futuros profesionales del sector de la construcción y el sector comercial se concentren y focalicen en utilizar cada vez más técnicas de construcción, tecnologías de calefacción y ventilación de punta y formen así parte del cambio general que espera que socialmente podamos revertir el daño que ya hemos infringido a nuestro entorno natural.