Desde hace unos años, el tema de la contaminación y el calentamiento global ha sido muy discutido en todo el mundo y es que cada vez más notamos una disminución de la calidad de vida de los pobladores, especialmente aquellos que residen en las ciudades.
Y en muchas ocasiones, gran parte de la culpa se le atribuye a los coches, ya que son considerados como una fuente móvil de contaminación, pero no hay que olvidar que los edificios también contaminan.
Según los últimos estudios realizados, se ha comprobado que los coches ocasionan alrededor del 13% de la contaminación, pero eso es un valor muy bajo comparado con los edificios y viviendas que causan hasta un 56% de la contaminación en las ciudades.
Por otra parte, la vida útil de los coches es de 10-15 años aproximadamente, mientras que la de un edificio supera los 40 años, por lo que el grado de contaminación es mayor y se realiza por mucho más tiempo.
Adicionalmente, aquellos edificios que no se adaptan a las normativas energéticas para una correcta habitabilidad y carecen por ejemplo de un aislamiento térmico adecuado, origina que sean una fuente más negativa para el ambiente.
¿Cómo contaminan los edificios y las viviendas?
Hay que recordar que la energía directa o indirecta que es utilizada en los edificios y viviendas, procede en su mayoría de la combustión de los combustibles fósiles.
Y a estos se les atribuye gran parte de la contaminación atmosférica, sobre todo a los óxidos de azufre y de nitrógeno, compuestos orgánicos volátiles, anhídrido carbónico, monóxido de carbono y partículas en suspensión, entre otros.
Los edificios son unas fuentes fijas que generan un gran impacto ambiental, lo que conlleva a los diversos problemas medioambientales que hoy en día observamos, especialmente en las grandes ciudades.
Junto a los edificios y los coches, la industria también es una fuente que contamina a gran escala. Dentro de ella, la rama de la construcción es una de las que mayor contaminación produce, asociada además al alto consumo de los recursos naturales.
De allí la importancia de establecer parámetros o criterios de construcción que sean sostenibles y respeten al medio ambiente, sobre todo a la hora de construir o rehabilitar edificios.
Un dato impresionante a considerar, es que los edificios pueden consumir hasta un 50% de los recursos naturales de un entorno, y esto se intensifica a la hora de su construcción en donde se pueden gastar toneladas de materiales que no son sostenibles.
En este caso, es clave utilizar materiales de construcción que ocasionen el menor impacto ambiental posible y que además estén libres de elementos peligrosos o tóxicos.
Y si hablamos del consumo energético, el procesamiento de cada uno de los materiales de construcción, así como la vida diaria en las viviendas y edificios, incluye un alto consumo de energía nada beneficioso para el ambiente.
Es por eso que los edificios son responsables de alrededor del 50% de consumo de energía en casi todo el mundo, siendo uno de los protagonistas de todas las emisiones contaminantes a nuestra atmósfera.
Gracias al certificado de eficiencia energética o certificado energético podemos saber qué elementos de nuestra vivienda son los que más recursos energéticos consumen y aplicar medidas para reducir el consumo energético del inmueble.
Hay algunas Administraciones Públicas que ya incentivan fiscalmente las reformas en los hogares que fomentan el ahorro energético. Precisamente es el certificado energético realizado antes y después de la reforma el que nos indicará la reducción de consumo energético conseguido después de realizar una reforma energética en el inmueble.
Edificios: fuentes directas e indirectas de contaminación
Las diversas emisiones contaminantes directas de los edificios, se relacionan especialmente con la calefacción, mientras que aquellas que ocurren de manera indirecta se basan en la producción de electricidad.
Por otra parte, las obras de construcción de edificios se consideran como una de las causas de contaminación acústica en las ciudades, incluyendo además a los coches en este caso.
Otro aspecto a considerar, es que los edificios ocupan una gran parte del territorio de las ciudades, lo que crea un impacto visual no tan agradable y que también puede afectar a cientos de pobladores del área.
Y si hablamos de la atmósfera interior de los edificios, muchos ofrecen condiciones de insalubridad algo peligrosa para los habitantes y el medio ambiente, pudiendo originar diversas enfermedades.
La climatización automática o controlada de los edificios, sobre todo en aquellos más nuevos o que han sido rehabilitados, retienen altas cantidades de COV (compuestos orgánicos volátiles) que pueden ser muy tóxicos para los ocupantes.
En relación a los desechos sólidos, no hay duda de que el mayor volumen diario producido en cualquier ciudad, es cuando se habita un edificio o vivienda (cosa que no sucede en un coche).
Propuestas para disminuir la contaminación en las ciudades
Muchos de los planes para reducir el grado de contaminación en las ciudades, comienzan por 2 aspectos principales: los coches y las industrias. Pero, muchas veces se deja a un lado el tema de los edificios o cualquier tipo de vivienda.
La restricción en la circulación de coches privados en ciertas ciudades (ya sea por horario, días o placa), se basa en la combustión que emiten dichos vehículos, lo cual ocasiona la contaminación ambiental.
Lo mismo sucede con las industrias las cuales son auditadas continuamente, para realizar un análisis del grado de contaminación que producen en un entorno determinado.
De esta forma, se pueden buscar las soluciones apropiadas para reducir ese impacto, ya sea en sus procesos, la tecnología utilizada, matera prima y los horarios laborales.
Pero en este caso, muy poco se habla de otras fuentes de contaminación en nuestras ciudades, y nos referimos por ejemplo a los edificios.
Y es que el tema de los coches y las industrias siempre son los protagonistas en las reuniones y convenciones en pro del ambiente y la reducción de la contaminación en las ciudades.
Pero, ¿y qué sucede con los edificios? ¿Se están adoptando medidas para reducir la contaminación por estas fuentes? En ese caso la respuesta es muy sencilla: las medidas son muy pocas o prácticamente ninguna.
Debido a esta situación, hay organizaciones, empresas y ciertos gobiernos que quieren establecer un compromiso para crear una mejor legislación dirigida a las edificaciones.
Estas deben apostar por un menor consumo energético, mejores materiales de construcción y menor generación de desechos sólidos, entre otros aspectos.
Y es que estudios recientes han arrojado resultados algo alarmantes, sobre el impacto negativo que tienen los edificios tradicionales sobre el ambiente y la salud de las personas.
Y hablamos de los edificios tradicionales, porque existen otros que cuentan con una certificación de baja contaminación o por lo menos de un consumo energético apropiado.
Si quieres conocer verdaderamente cuáles son los impactos negativos que ocasionan para el ambiente y los habitantes de una ciudad, aquellos edificios considerados como “ineficientes”, te los indicamos a continuación:
- Mayor consumo energético.
- Utilización de materiales para la construcción más contaminantes.
- Menor vida útil, por lo que necesitarán de una de mayor restauración a futuro.
- Mayores condiciones de insalubridad.
- Mayor contaminación del aire, suelo y agua.
- Funcionamiento continúo de sistemas que producen daños al ambiente.
Es por ello que un edificio considerado como sustentable, en donde su diseño reduce de gran forma el impacto negativo sobre las personas y el medio ambiente, es la mejor alternativa hoy en día.
Ya conocidos estos puntos, es obvio que no solo se deben tomar medidas en el tema de circulación de los coches o con lo referido a las industrias. Los edificios también deben estar en la agenda y se debe llegar a un acuerdo con las normativas para la reducción de la contaminación.
Edificios contaminantes, ¿qué medidas tomar?
Aquellos edificios que aplican medidas para el ahorro energético por ejemplo, consumirán mucho menos, contaminarán en menor grado y se recuperará la inversión rápidamente.
Pero ese no es el caso de la gran mayoría de los edificios muy antiguos ubicados en muchas ciudades, los cuales fueron diseñados pensando en el ahorro de costes y no en la reducción de la contaminación o del consumo energético.
No obstante, la legislación está cambiando en muchos países y por ejemplo en España todos los edificios deben adecuarse a un tipo de “Edificación de Consumo Casi Nulo”
Eso facilitará en un futuro cercano, la implementación de medidas energéticas no solo en los edificios, sino también en cualquier tipo de vivienda, comercios, industrias y otros lugares.
En cuanto a algunos de los requisitos para cumplir con esta legislación, es poseer fuentes de energía renovables, sistemas de ventilación mecánicos, materiales de construcción sostenibles y otros aspectos que reduzcan las contaminaciones y el consumo de energía.
Hay que dejar atrás aquellos edificios considerados como contaminantes y buscar alternativas de edificaciones certificadas que contaminan mucho menos o prácticamente nada.
Esto garantizará que los edificios dejen de ser la mayor fuente de contaminación en las ciudades, incluso por encima de los coches y las industrias.
¿Cómo minimizar la contaminación de los edificios?
Según el diseño de construcción de un edificio, este puede ser muy contaminante o por el contario, llegar a tener un consumo mínimo o casi nulo.
Para minimizar el impacto negativo de los edificios y que se pueda reducir así la contaminación, se deben tener en cuenta diversos aspectos, de los cuales ya hemos hablado un poco en este artículo.
La climatización en los edificios es un punto clave, debido a que el mayor consumo de energía en los hogares, se relaciona con la utilización de los sistemas de calefacción en invierno y los equipos de aire acondicionado en época de verano.
Considerando que la climatización es el aspecto que más energía demanda en un hogar, lo recomendable es diseñar un edificio con gran estanqueidad, los cuales no dejen pasar el frío en invierno ni el calor en verano.
Además, es necesario que posea un sistema de ventilación mecánico de doble flujo, para tener una temperatura adecuada en el edificio en todo momento.
Por otra parte, estos sistemas de ventilación también garantizan la salubridad del aire que respiran todos los habitantes, mejorando así la salud.
Concientizar a los habitantes de un edificio para reducir la contaminación
Uno de los grandes retos para cualquier administración, es concientizar a los habitantes para que opten por medidas ecológicas que originen menos emisiones contaminantes y residuos, así como una reducción del consumo energético.
Un edificio que no contamina o que lo haga mínimamente, tiene menores gastos y un gran ahorro de dinero para el usuario a final del mes, para no hablar del beneficio ambiental que esto conlleva.
La inversión en sistemas energéticos ecológicos, es un gran incentivo para los habitantes de los edificios, por lo que deben plantearse estas opciones e indicar todas las ventajas de poseerlos.
Aspectos a considerar para tener edificios más ecológicos
Aunque no es algo sencillo modificar los procedimientos de construcción de edificios, materiales y su funcionamiento, con algo de esfuerzo en conjunto es factible contar con una edificación más ecológica.
Pero algo muy necesario es que se deben eliminar ciertos hábitos negativos y empezar a aplicar fundamentos que conlleven a una disminución del impacto ambiental. A continuación, citaremos algunos de estos aspectos o criterios:
- Los materiales de construcción deben ser de origen sostenible: acero y aluminio reciclado, madera de bosques gestionados, entre otros.
- Se debe hacer un uso más eficiente de la energía, especialmente en la refrigeración, calefacción e iluminación.
- Se deben implantar planes de generación de energía propia, mediante paneles solares, turbinas eólicas, entre otros.
- Se debe realizar una gestión apropiada de las aguas pluviales y drenajes.
- El diseño de los edificios debe ser planificado para una mayor vida útil.
- Se deben tener en cuenta aspectos de estética paisajista y la arquitectura.
- Se deben realizar estudios ambientales que midan el impacto de los edificios en etapas de diseño, construcción y habitabilidad, e indicar las medidas preventivas para evitar la contaminación.
- Reducir la construcción de nuevas edificaciones en áreas muy pobladas.
- Crear normativas urbanísticas que consideren al medioambiente como prioridad.
Fomentar la utilización de productos ecológicos y energías renovables, así como dar prioridad al reciclaje de materiales de uso diario y construcción, son estrategias que no solo deben aplicarse en las edificaciones, sino en términos generales en cualquier parte del mundo.
Esto puede contribuir económicamente, socialmente, políticamente y ambientalmente a cualquier comunidad, ciudad y región del planeta.
Y es que evitar a toda costa las emisiones contaminantes, así como la reducción del uso de la energía y los recursos naturales, son algunas de las medidas que se pueden tomar en pro del medioambiente.
Después de leído este artículo, seguro comprobaste que los coches contaminan pero los edificios también y en mayor proporción.
Así que es importante tomar medidas en general para evitar que no se continúe afectando el medio ambiente en donde vivimos.
Deja tu comentario