Sin duda es algo muy común que recordemos a nuestros padres quejándose de qué todas las luces de la casa estaban encendidas. Como adultos, y encargados de pagar la factura de la energía eléctrica, quizá hayamos repetido esta queja en más de una ocasión. La eficiencia energética no debe manifestarse sólo en grandes inversiones y modificaciones. Recuerda, la máxima de la eficiencia energética es más por menos, y hay muchos consejos prácticos para aprovechar la iluminación solar en tu hogar, disminuyendo los costos de la factura y mejorar tu calificación en el certificado energético de edificios, casas y pisos.
A continuación te presentaremos algunos consejos prácticos y muy sencillos para iluminar tu casa de forma eficiente en términos de energía:
a. Los focos fluorescentes compactos (CFL por sus siglas en inglés) representan un ahorro de hasta 75% en los costos de la energía y duran hasta 9 años. Consumen menos watts que un foco incandescente común, pero emiten la misma cantidad de luz. Ello les permite producir la misma cantidad de energía luminosa consumiendo menos energía eléctrica.
b. Los focos LED (diodos emisores de luz) permiten economizar de un 80 a un 85% de energía y duran hasta 20 años. Los focos LED también tienen un consumo de watts menor al de los focos incandescentes, pero emiten la misma cantidad de energía. Son los focos con mayor eficiencia energética del mercado.
c. Iluminación por tareas. ¿Qué quiere decir esto? Que debes concentrar la luz en los lugares donde la necesitas. Con este tipo de iluminación no desperdicias luz iluminando lugares donde no se necesita. Con este tipo de iluminación también evitas molestar a otros con una luz excesivamente brillante. Las lámparas «dirigibles» son una inversión excelente y aún más si se les combina con un foco eficiente, con lo que se potencia el ahorro energético.
d. Interruptores ajustables. Este tipo de interruptores te permiten controlar la cantidad de luz que precisas, no es lo mismo utilizarla para leer que sólo para conversar y escuchar música.
e. Quizá la más importante: aprovecha la luz del sol. No uses cortinas que oscurezcan tus espacios, si tienes la oportunidad, agranda tus ventanas. No coloques muebles que ensombrezcan y entorpezcan la entrada de la luz. Aprovecha esta fuente de energía gratuita y duradera al máximo.
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