¿Por qué la energía desde hace unos veinte años se ha convertido en un tema importante para empresarios, políticos y en general para toda la sociedad española? Hasta hace un par de décadas, términos como eficiencia energética no significaban nada para el español medio, que compraba sus electrodomésticos por su estética o por su productividad y no por su desempeño energético. Lo mismo sucedía al comprar un piso: nadie estaba buscando saber qué calificación energética poseía: no existía una legislación precisa al respecto y no era una prioridad para el consumidor.
Muchas cosas han cambiado desde entonces, y las últimas décadas han presenciado una gran cantidad de cambios legales, muchos de los cuales provienen de directivas de la Unión Europea, pero otros se han gestado en la realidad política y social española, y todos ellos han derivado en modificaciones radicales en la configuración del sector energético español. Es importante para todos los involucrados… que si lo analizamos detenidamente son todos los actores sociales, estar al día en la actualidad de este cambiante sector e identificar qué papel podemos jugar en beneficio de la sociedad y el medio ambiente.
Energía, sector energético y ciudadanía
Desde la Revolución Industrial, las sociedades industrializadas occidentales han incrementado paulatinamente su dependencia hacia distintas fuentes energéticas para lograr los niveles de bienestar y confort que pretende la población, para producir bienes y servicios y para funcionar en términos generales. Sin embargo, esta utilización de la energía no es homogénea a escala mundial, y existe una gran proporción de la población mundial que aún carece de electricidad. Este complejo panorama global se traduce, en una sociedad como la española, en una configuración muy compleja del sector energético.
Y es que la energía está en todo: electricidad, gas, combustibles fósiles, energías renovables… Podemos tomar la fuente energética que queramos y su manifestación práctica, la energía no nos abandona desde que despertamos e incluso mientras dormimos. Desde la conservación de nuestros alimentos, al transporte, pasando por la producción de cada uno de los bienes que consumimos (incluso los que provienen de la naturaleza), todo pasa por el uso de energía producida específicamente para tal fin. Ello ha desarrollado toda una industria y un sector servicios muy complejo e intrincado, que es lo que conocemos como “sector energético”.
Y sin embargo, a pesar de su importancia capital en el funcionamiento económico, productivo e incluso comunitario de la sociedad española, ésta no ve con buenos ojos al conjunto del sector energético español. De acuerdo a estudios realizados en el año 2014, la reputación de las empresas productoras y comercializadoras de la energía en España no es muy buena, y hay un gran camino a recorrer por su parte para recuperar la confianza y la buena voluntad de la sociedad que consume sus productos y servicios.
Panorama de los cambios en las décadas recientes en cuanto al sector energético español
El libre mercado y la normativa que proviene de la Unión Europea son los dos elementos más representativos de los cambios que ha sufrido en los últimos tiempos el sector energético español. La normativa europea busca sobre todo satisfacer los tres parámetros siguientes:
- Seguridad en el suministro de energía.
- Competitividad económica.
- Respeto y sostenibilidad en términos de Medio Ambiente.
Es por ello que dentro de las fronteras de la Unión Europea se ha implementado el Mercado Interior de la Energía (MIE) que es la entidad que regula la introducción de la libertad de competencia y circulación de electricidad y energía entre países respetando los tres principios enunciados. Desde el año 2014 que a escala europea se intenta multiplicar las interconexiones que permitirían, por ejemplo para el mercado español, incrementar el uso de energías renovables integrándolas de forma más completa al sistema de producción y comercialización de la energía.
Ahora bien, en cuanto a la transformación del sector energético en España, hay que reconocer que desde la década de los ochenta el cambio ha sido radical y el sector energético es otro desde entonces.
En la actualidad, se trata de un sector en que la libre competencia dirige la mayoría de las transacciones (tanto a gran escala como a nivel minoritario) y en el que han aparecido nuevos actores, una nueva forma de pasar de la producción al consumo y un importante viraje hacia la producción limpia de energía, a pesar de las señales encontradas que envía la administración pública.
Otro aspecto que ha incidido en las modificaciones legales y cotidianas del uso de la energía en España es sin duda la relación entre el cambio climático y el consumo de energía. Como sabemos, el concepto que permite unir ambas, es el de eficiencia energética. Otra fuerte serie de modificaciones en la forma en que se produce, se comercializa y se consume la energía en nuestro país han sido enfocadas a su uso eficiente. Existen modificaciones legales, como la obligatoriedad del certificado de eficiencia energética para la realización de transacciones inmobiliarias, y otras más técnicas, como la diversificación en la forma en que se produce la energía. El uso racional, eficiente y limpio de la energía es el motor tras muchos de los cambios que ha sufrido el sector energético español en los últimos 25 años, casi al nivel de la liberalización del mercado. Sin duda, lo ideal para los consumidores sería que los precios y la calidad del servicio fuesen el tercer motor en esta gran transformación.
La actualidad: retos y desafíos del sector energético
No se puede omitir el hecho de que el mercado energético, a pesar de su liberalización en las décadas recientes se encuentra marcado por intereses geopolíticos que complican la implementación de medidas de cara a mejorar los precios que el consumidor final paga, o el uso de más energías renovables, o incluso la profundización en la búsqueda institucional y empresarial de medidas que fomenten la eficiencia energética. Más allá de toda esta discusión, es verdad que tras la multiplicación de agentes, el cambio y la diversificación en la producción de energía (sobre todo la eléctrica) y la crisis económica que afectó a nuestro país en años recientes, hay retos muy específicos que enfrenta el sector energético español. Los más importantes son los siguientes:
- Aumentar la producción de energía limpia. La crisis económica y las modificaciones impositivas, llevaron a un periodo de bajo consumo de energía en España. Ello permitió que a pesar de que se produjera menos energía usando medios renovables, la proporción de la producción total que proviene de las renovables se mantuviera elevada (alrededor del 17%), sin embargo, esta proporción puede disminuir y alejarse del 20% que demanda la Unión Europea a sus Estados miembros antes del 2020. El desafío entonces es continuar incentivando la producción eólica y de biomasa de la electricidad, para llegar a producir al menos ocho mil megavatios más de energía renovable.
- Mayor diversificación del mercado. Gracias a la mejora en las condiciones macroeconómicas españolas, se está generando nuevamente un proceso de “atracción” de fondos inversores que pueden interesarse en el sector energético, sobre todo en cuanto a las energías renovables. Existen muchos activos a adquirir en el sector, por ejemplo en cuanto a la distribución local minorista.
- La importancia de las estrategias digitales en el marco de la competencia. Parece increíble, pero la liberalización del mercado se ha hecho tan fina, que hay productos muy específicos pensados para consumidores muy concretos que desconocen su existencia. Pongamos por ejemplo la masificación en el uso de los contadores inteligentes que buscan incentivar a los consumidores a aumentar la eficiencia en su utilización de la energía, y que permitirá que las empresas distribuidoras “combatan” por la elección de los clientes. En Internet cada empresa podrá mostrar, a una audiencia bien seleccionada, las ventajas por las cuales debería ser elegida sobre otras. ¿Quién hubiese predicho una influencia tan grande del marketing digital en el sector energético local?
- La importancia en el desarrollo de redes de distribución de gas. En comparación con otros Estados miembros de la Unión Europea, en España la red de distribución de gas natural no es tan amplia ni tan extensa, por lo que en un futuro cercano es importante cumplir con las expectativas tanto de los usuarios como de la normativa europea.
Actores involucrados: ¿dónde está el límite?
Las instituciones nacionales, los organismos internacionales, las empresas productoras, distribuidoras, minoristas de energía, las fábricas que producen y comercializan objetos de consumo relacionados con la energía… desde los contadores inteligentes de los que ya hemos hablado, pasando por las calderas, electrodomésticos, cableados, e incluso quienes nos dedicamos al ámbito de la eficiencia energética. Todos somos actores sociales que conformamos este universo dinámico y lleno de problemas y desafíos que constituyen el sector energético español.
Pero es muy simple el pensar que sólo las empresas o instituciones que tienen la palabra energía en el nombre están involucrados. La manipulación de la energía, su consumo, su utilización cotidiana involucran al conjunto de la sociedad.
También es verdad que hay sectores específicos que se han visto tocados por las modificaciones sucesivas legales y prácticas del sector en las últimas tres décadas. Por poner un ejemplo, tenemos todos los empresarios, particulares e intermediarios relacionados con el sector inmobiliario. Desde la obligatoriedad en la obtención del certificado de eficiencia energética que obliga a todos los que quieran vender o alquilar un inmueble a tener la etiqueta energética desde el momento en que sale al mercado. Ello ha involucrado a su vez a artesanos y diseñadores, personas que hacen reformas para mejorar la eficiencia de los pisos, constructores, arquitectos… el espectro se sigue haciendo amplio.
Este radio amplio no exime de responsabilidad directa a los actores directos involucrados ni disminuye la complejidad del sector.
Están en el horizonte para aquellos que forman parte directamente de este sector diversos desafíos a gran escala y no sólo los concretos que hemos enunciado detalladamente. Está la cuestión de convencer a la sociedad de la necesidad de la eficiencia energética, en el transporte, en la industria, en el hogar. Está también la regulación en el uso de hidrocarburos líquidos. Están los desafíos e incongruencias fiscales, pues en cierta medida las señales contradictorias enviadas a escala institucional confunden a empresarios y consumidores (ello es verdad tanto en el uso de la energía eléctrica como en el uso de hidrocarburos líquidos).
Hay mucha necesidad de inversión, y no cualquier tipo de inversión, se trata de algunas que no generan rentabilidad en el corto plazo. También hay muchos retos en el ámbito político, pues debe haber propuestas y medidas suficientemente audaces y drásticas para continuar la modernización del sector y atender las demandas de calidad de la población.
El sector energético español es uno de los más complejos de nuestra sociedad y su papel en el desarrollo del país es innegable, de ahí su intrincada situación actual.
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