Aquí en el blog de certificadodeeficienciaenergetica.com, ya te hemos mencionado porqué es importante preocuparse por la optimización del uso de la energía. La principal razón siempre será el de reducir el impacto negativo que nuestro paso por el planeta pueda legar a las generaciones futuras. Siempre hay que tener en mente que un uso más eficiente de la energía se traduce en un uso más racional de los recursos naturales y disminuye los prejuicios que nuestro confort cotidiano pueda causar a la naturaleza en general.
Sin embargo, hay que ser excesivamente inocente para pensar que es sólo un impulso altruista y ecológico lo que nos motiva a mejorar la calificación energética de nuestra casa, piso o local. Hay otra razón, de corte mucho más práctico e inmediato para buscar una mejor calificación energética: el ahorro económico que supone contar con una vivienda mejor evaluada. La disminución en las facturas de electricidad, gas y combustibles en general se verán significativamente reducidas sin que ello implique una disminución de nuestra comodidad cotidiana. Además, si buscamos vender o alquilar un inmueble, siempre resultará más atractivo para los potenciales inquilinos un piso con una buena calificación energética que uno con una baja, que se traducirá sin duda en un pobre desempeño energético y facturas elevadas tanto en combustible como en electricidad.
Así que en realidad no es hacer trampa. El buscar utilizar los mejores trucos y consejos para optimizar la calificación energética no es utilizar todas estas estrategias de forma utilitaria o advenediza: significa por el contrario hacer un esfuerzo que no resulte excesivamente costoso de mejorar la calificación energética de un inmueble debido a los beneficios económicos a corto plazo que reporta, sin que ello signifique que a la vez, el medio ambiente y la naturaleza no se verán positivamente impactados. Teniendo en cuenta todo lo anterior, a continuación presentaremos algunos de los trucos o consejos más útiles y fáciles de implementar en un inmueble ya construido en el cual su orientación no puede ser cambiada, que impactan de forma positiva la calificación al momento de la emisión de un certificado de eficiencia energética.
El aislamiento térmico: el primer aliado de una buena calificación energética
El vivir en una edificación antigua representa sin duda alguna un desafío en términos de aislamiento térmico. En ocasiones, en algunos edificios históricos se puede encontrar desde periódico hasta polvo de ladrillo utilizados como aislantes. Afortunadamente, hoy en día hay opciones que ofrecen un mejor desempeño. Si se instala adecuadamente, la adición de aislamiento térmico puede reducir los costos energéticos hasta en un cincuenta por ciento en algunos casos y hacer un hogar mucho más cómodo y agradable, sin contar que de una D o una E, las calificaciones más frecuentes para viviendas ya construidas, se puede pasar a una C, una calificación mucho más atractiva.
Ahora bien, si el aislamiento térmico no fue incluído originalmente en el piso que se busca mejorar en cuanto a su calificación energética, la introducción del mismo debe hacerse cuidadosamente y con un especial énfasis en la ventilación. Si el aislamiento térmico es instalado sin la atención adecuada al sellado de aire y la ventilación, éste no será efectivo y no evitará la fuga térmica. Así mismo, un aislamiento térmico que no permita una buena ventilación puede llevar a la acumulación de humedad, al enmohecimiento y a largo plazo, a la putrefacción de distintos componentes de la estructura. Ello también degeneraría la calidad del aire y activaría las alergias de los habitantes o usuarios del piso.
La forma más económica de hacer un aislamiento térmico adecuado en muros es la inyección de aislamiento en cámaras. Esta técnica no resulta excesivamente cara (estamos hablando de un presupuesto de aproximadamente quinientos euros para un piso estándar), además de qué las obras para implementarla no son exageradamente molestas. Ahora bien, no puede implementarse de forma aislada (valga la redundancia), sino que debe acompañarse por un trasdosado de planchas de aislante por el interior de la fachada. De esa forma es posible minimizar los puentes térmicos por los que es posible tener fugas térmicas (escape de calor). Por el contrario, trasdosar toda la envolvente en el interior del inmueble no resulta práctico puesto que es más caro y reduce la superficie del piso. Como podemos ver, el aislamiento térmico por inyección de aislamiento en cámaras es uno de los mejores aliados al intentar alcanzar una mejor calificación térmica.
Existen diversos tipos de materiales que pueden ser útiles para esta técnica, entre los más comunes están los siguientes (relacionándolos con la medida de su desfase térmico):
También pueden utilizarse distintos tipos de espumas aislantes de polietileno entre otros materiales. En los siguientes videos, realizados por empresas especialistas del ramo del aislamiento térmico, podemos apreciar la facilidad con que este tipo de obras pueden implementarse en una construcción ya existente.
Inyección de espuma aislante
Inyección de celulosa para aislar
Una última nota respecto al aislamiento térmico, y es respecto a las ventanas. Las ventanas son una parte importante de la arquitectura de cualquier piso o casa, pero son también una oportunidad única para la fuga térmica. Hay estudios que sugieren que del diez al quince por ciento de la energía de un piso se pierde a través de las ventanas. De hecho, este «escape» puede ser responsable del veinticinco por ciento de las facturas generadas en torno a la calefacción. Así que aislar las ventanas es una excelente opción para escalar en cuanto a calificación térmica.
Ejemplo de aislamiento térmico de los vitrales de una ventana y su utilidad
2. Calderas, ventilación y bombas de calor
Partiendo del hecho de qué una casa o piso que ya han sido construidos no pueden modificar su orientación respecto al sol, una de las cosas que nos permiten pasar cómodos tanto el invierno frío como el verano caluroso, es contar con un sistema de calefacción / ventilación que permita mantener un clima templado a lo largo del año dentro del hogar. Para ello, contamos con sistemas de calefacción y ventilación que permitan por un lado calentar el ambiente en invierno y por otro, refrescarlo en verano.
Pensemos que en la mayoría de los hogares españoles, más de la mitad del dinero que se invierte en facturas de combustible (y a veces electricidad) va dirigido a proporcionar calefacción y agua caliente sanitaria. Por ello, el tener una solución eficiente energéticamente es vital, no sólo en términos de mejorar la calificación energética de la vivienda, sino también para reducir significativamente el gasto mensual en energía.
Así que el primer paso para tomar una decisión es entender el sistema actual de calefacción con que cuenta nuestro piso. Éste puede ser un sistema de calefacción central (caldera y radiadores) o calentadores eléctricos.
Al ser más común el sistema de calefacción central, hay que intentar comprender su funcionamiento para detectar si un cambio en esta área será benéfico para escalar en la calificación energética.
La mayoría de las calderas previas al año 2007 aproximadamente, no son lo que podríamos denominar eficientes. Funcionan a través de bombas hacia los radiadores de la casa y proporcionan agua caliente tanto a la cocina como a los baños. La mayoría de las calderas funcionan con gas natural, pero también con gas butano, o incluso eléctricas. Al contar con un sistema como éstos, hay diversas opciones para hacer mejoras en busca de la eficiencia y a la vez, de mejorar la calificación a obtener. Algunas de ellas son:
- Reemplazar la caldera por una nueva y más eficiente.
- Ajustar el termostato y los controles para la calefacción y el agua caliente sanitaria, valiéndose de ellos para asegurarse que la caldera sólo proporciona calor cuando y donde hace falta.
- Intentar usar otras fuentes de combustible, de ser posible renovables, para generar electricidad y calor.
- Utilizar inhibidores químicos para ayudar a mantener la eficiencia del sistema de calefacción.
El uso de inhibidores químicos en la calefacción central puede ayudar a mantener su eficiencia. Los depósitos corrosivos en un viejo sistema de calefacción pueden causar una reducción sustancial en la efectividad de los radiadores y del sistema en su conjunto: llegando hasta el quince por ciento de reducción. Todo ello sin duda se refleja en la eficiencia general del sistema y por tanto, tendrá un impacto en la certificación energética del inmueble. Utilizar un inhibidor químico puede disminuir el radio de corrosión y por ello prevenir el deterioro del sistema, ayudando a mantener la eficiencia.
Así mismo, es importante saber si se cuenta con una caldera por condensación. Prácticamente en España el mercado está dominado por este tipo eficiente de calderas desde hace aproximadamente ocho años. Lo que distingue a este tipo de calderas es que aprovechan en mayor medida el calor del gas que se quema para mantener caliente el ambiente y calentar el agua sanitaria. Si la caldera del inmueble cuya calificación energética busca mejorarse no es de condensación, este es uno de los primeros pasos a tomar para ir escalando posiciones en cuanto a la calificación de la casa o piso.
Ahora bien, para alcanzar una calificación realmente impactante para una edificación no-nueva, es preciso combinar medidas. En este caso, la primera gran medida que hemos descrito como truco o consejo es el aislamiento térmico. Si combinamos éste con la instalación de una climatización de alta eficiencia, los ahorros de energía que pueden obtenerse son de hasta el cuarenta por ciento.
¿A qué nos referimos con un sistema de climatización de alta eficiencia? Una excelente opción es una bomba de calor eficiente, mismas que tienen en torno al cuatrocientos por ciento de rendimiento, y que son capaces de proporcionar calefacción en invierno y ventilación en verano aprovechando la energía al máximo.
3. Energía renovable
Si hay un truco que realmente funciona para todas aquellas ventajas que proporciona la eficiencia energética: disminución de la contaminación y el impacto ambiental, ahorro en las facturas y además, una mejora significativa en la calificación energética (la única forma posible incluso para un inmueble nuevo de obtener una A+ o A++ como nota energética) es incluir energías renovables dentro de la variedad de fuentes energéticas que utiliza una casa o piso.
Incluso para nosotros, los especialistas del sector, es conocido que el incluir este tipo de energías salta a la vista como truco puesto que algunos inmuebles que no deberían contar con una calificación tan elevada ya sea por su ubicación espacial o ausencia de aislamiento adecuado, la alcanzan sólo por incluir una fuente renovable de energía.
Las fuentes más comunes que se pueden incluir son:
Paneles fotovoltaicos. Prácticamente cualquier piso, y sobre todo, cualquier casa pueden beneficiarse de la colocación de paneles que transforman la luz solar en energía eléctrica o calorífica. El factor insolación con que cuenta la península Ibérica también es clave, puesto que es constante a lo largo de todo el año y esta constancia permite contar con un insumo continuo de energía.
Instalación de calderas de biomasa. Como ya hemos mencionado, el cambio del sistema de calefacción y ventilación de un piso es un paso crucial en la búsqueda de una mejor calificación energética. Si conjuntamos esta acción con el uso de una energía renovable como lo es la biomasa, podemos fácilmente escalar hasta dos letras en la calificación energética. Ello no debería ser una sorpresa. El uso de las energías renovables es la forma más amigable de no perder confort térmico a lo largo de todo el año y además, disminuir significativamente el impacto negativo que pudiésemos tener en el medio ambiente. Por ello, una caldera que funciona a base de biomasa es un elemento que al momento de realizar el certificado de eficiencia energética tiene un valor ponderado bastante alto.
Funcionamiento de un tipo de caldera de biomasa
4. La ecuación ganadora
Podemos resumir los consejos que hemos presentado hasta el momento en la denominada ecuación ganadora en búsqueda de la mejora de la calificación energética, misma que permite escalar hasta dos letras en la calificación otorgada por el certificador energético.
Si a esta adición le agregamos además el uso de una fuente de energía renovable, tendremos entonces una mejora sin trampas, sino usando las herramientas y consejos a nuestro alcance, de hasta tres letras en nuestra calificación energética. Y ello se traducirá a su vez en un hogar menos contaminante y más cómodo.
Fantástico post. Entras muy al detalle de las posibles mejoras. Así da gusto leer sobre el tema, y no como en otros blogs, donde solo se habla muy por encima de estas cuestiones.
Enhorabuena y un saludo.
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