La eficiencia energética es sin duda alguna la mejor forma que tiene la sociedad contemporánea de enfrentar el problema creciente del uso intensivo de energía que lleva al agotamiento de recursos, a la contaminación de zonas naturales, al encarecimiento de servicios e incluso a conflictos políticos. No hay forma más eficaz de ahorrar energía que utilizarla bien. Es precisamente por ello que la normativa europea se preocupa tanto por enfatizar este carácter estratégico que posee el uso eficiente de las fuentes energéticas.

Si bien el consumo energético se da en muchas actividades como la producción de bienes y servicios, el transporte y muchas otras cosas, el consumo en el hogar constituye una importante proporción (aproximadamente el 40%) del consumo energético total de la Unión Europea, y de ahí la gran importancia que se da a la hora promover los denominados inmuebles de consumo energético casi nulo. La legislación, las medidas prácticas, los beneficios impositivos, deben todos enfocarse a lograr que las nuevas construcciones sean cada vez más cercanas a este ideal de consumo mínimo. Es una forma de acelerar el paso para poder alcanzar los compromisos que la propia Unión Europea ha establecido para el año 2020 en cuestión de energía y también de uso de combustibles fósiles, contaminación y convivencia general entre el ser humano y su ambiente natural.

Para la Comisión Europea resulta tan importante enfatizar el papel que puede jugar esta “revolución” en el sector de la construcción que en el verano del 2016 emitió cinco recomendaciones que promueven, para todos sus Estados miembros, la edificación de viviendas de consumo energético casi nulo. Como resulta trascendental para el sector completo de la certificación energética, hemos decidido presentar estas recomendaciones y hablar de sus implicaciones en la realidad del sector español.

Definición de viviendas de consumo energético casi nulo

Para poder interpretar las recomendaciones más recientes al respecto, es importante entender la definición que la propia Comisión Europea realiza de este tipo de edificaciones. De acuerdo con la Directiva Europea de Eficiencia Energética (DEEE), una vivienda de consumo energético casi nulo se entiende como un “…edificio con un nivel de eficiencia energética muy alto, que se determinará de conformidad con el anexo I. La cantidad casi nula o muy baja de energía requerida debería estar cubierta, en muy amplia medida, por energía procedente de fuentes renovables, incluida energía procedente de fuentes renovables producida in situ o en el entorno.

Como podemos ver, hay dos elementos importantes y complementarios en esta definición. En primera instancia el hecho de que el inmueble debe ser altamente eficiente en la forma en que usa los recursos energéticos, y en segundo lugar, que éstos deben provenir en mayor medida de fuentes renovables de energía.

casi-nulo

Muy interesante para esta definición también resulta el hecho de que por primera vez, en estas recomendaciones, se establece una diferenciación de escala de valores de acuerdo a las diferentes Zonas Climáticas de la Unión Europea, puesto que ello incide en que haya una necesidad energética diferenciada. Las zonas climáticas establecidas son:

Zona Climática Exigencia en oficinas Exigencia en viviendas (unifamiliar nueva)
Zona Mediterránea 20-30 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 80-90 kWh/(m2/año) cubierto por 60 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ. 0-15 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 50-65 kWh/(m2/año) cubierto por 50 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ.
Zona Océanica 40-55 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 85-100 kWh/(m2/año) cubierto por 45 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ. 15-30 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 50-65 kWh/(m2/año) cubierto por 35 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ.
Zona Continental Oficinas: 40-55 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 85-100 kWh/(m2/año) cubierto por 45 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ. 20-40 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 50-70 kWh/(m2/año) cubierto por 30 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ.
Zona Nórdica 55-70 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 85-100 kWh/(m2/año) cubierto por 30 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ. 40-65 kWh/(m2/año) de energía primaria neta, con, normalmente, un uso de energía primaria de 65-90 kWh/(m2/año) cubierto por 25 kWh/(m2/año) procedentes de fuentes renovables in situ.

Es importante aclarar que usar solamente energías renovables no es suficiente para que una construcción se acerque a los parámetros de consumo energético que la definirán como de consumo casi nulo. Hay otros factores de eficiencia en juego y el acceder al consumo casi cero depende en gran medida del aprovechamiento de la energía, aunque el usar poca energía externa sea de gran ayuda.

De acuerdo con el análisis presentado en estas recomendaciones, hay una obligatoriedad clara para los Estados miembros: que todas las viviendas nuevas para el año 2020 y las oficinas públicas en el año 2019, deberán ser de consumo energético casi nulo. Como una construcción que cumpla estas líneas debe ser muy específica, habrá sin duda aún más modificaciones en el sector de la construcción. Sin embargo, las propias recomendaciones vislumbran que el avance de la técnica y el mercado estabilizarán los precios en la misma década del 2020 con lo que este tipo de construcciones se harán accesibles y se habrá integrado a la idea general que tenemos de una construcción inmobiliaria.Es importante aclarar que usar solamente energías renovables no es suficiente para que una construcción se acerque a los parámetros de consumo energético que la definirán como de consumo casi nulo. Hay otros factores de eficiencia en juego y el acceder al consumo casi cero depende en gran medida del aprovechamiento de la energía, aunque el usar poca energía externa sea de gran ayuda.

Casas con consumo casi nulo

Las recomendaciones 2016

Ya existe una normativa europea que fomenta y solicita a sus Estados miembros que prioricen los edificios eficientes energéticamente. Con estas nuevas recomendaciones se da un paso más allá y se solicita que se fomente la construcción a consumo casi nulo (como ya se ha definido). Para ello, da las siguientes recomendaciones:

  1. Redoblar los esfuerzos para la ejecución e implementación completa de las disposiciones de la Directiva de Edificios de Consumo Energético Casi Nulo (EECN)
  2. Utilizar fuentes renovables de energía en el marco de un diseño integrado. Este diseño debe considerar el consumo hipoenergético de los edificios que por su consumo puedan definirse como EECN.
  3. Determinar el mecanismo a utilizar para supervisar el cumplimiento de los objetivos EECN y la posible implementación de sanciones para los edificios nuevos que no los cumplan. Recordar que las fechas límites para que se establezcan estas medidas son 2020 y 2021 como ya se mencionó.
  4. Formar una conexión más fuerte entre medidas, objetivos EECN y políticas públicas.
  5. Acelerar las implementaciones políticas de apoyo que se enfoquen a la renovación inmobiliaria que permita que el parque inmobiliario se adapte a los objetivos EECN.

¿Y en España?

El documento que da cuenta de forma amplia de las recomendaciones que acabamos de citar se puede consultar en este enlace. Lo importante es que contrastemos lo que indican las recomendaciones más recientes con la realidad del mercado de la eficiencia energética y la certificación energética en nuestro país.

Lo que podemos evaluar es que las medidas legales se han tomado de forma muy paulatina. El establecimiento de los objetivos 20-20 por parte de la Unión Europea y el refuerzo de la importancia de la eficiencia energética han avanzado a pasos muy lentos en España, tanto de forma institucional como por parte de la población. Desde el momento en que en 2013 se hizo obligatoria la Certificación Energética, ha habido una respuesta positiva por parte de la sociedad, que paulatinamente ha comprendido que la evaluación y auditoría energética de una edificación antes de su compra-venta permite realmente comprender cómo funciona de forma energética una edificación y poder mejorarla si es posible.

En un país como el nuestro en que el parque inmobiliario es en general “antiguo”, es difícil que las recomendaciones que buscan que las nuevas construcciones sean de casi consumo nulo tenga un verdadero impacto si no hay una modificación en las ya existentes.

Otro elemento que complica o ralentiza la implementación de medidas concretas que partan desde un marco legal adaptado a la realidad española es sin duda la ausencia actual de un marco legal como tal, de acuerdo al análisis de la Comisión realizado en enero del 2016:

Estatus NZEB

Estatus NZEB

Si esta tabla resulta drástica en cuanto a las carencias legales españolas al respecto, los mapas que maneja este análisis son aún más claros:

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Pincha en la imagen para ver el análisis completo.

Si las medidas se dan en cuenta gotas desde la administración, es evidente que su implementación en el sector de la construcción, la energía y la certificación energética se da así mismo con lentitud respecto a lo que solicita la Comisión Europea.

De hecho en el documento que hemos citado, en el que se explican las recomendaciones de cara a la construcción a consumo casi nulo para el 2020, la propia Comisión emite un juicio nada positivo de cómo los Estados han tomado las cosas con demasiada calma respecto a la eficiencia energética:

“Esos avances se han producido hasta hoy con lentitud y deben ahora acelerarse. Si bien es cierto que han aumentado a nivel nacional las medidas destinadas a impulsar el número de edificios con un consumo de energía casi nulo, los Estados miembros deben redoblar sus esfuerzos para garantizar que en las fechas límite previstas en la Directiva todos los edificios nuevos tengan ya ese nivel de consumo.”

Sin embargo, cabe reconocer que la responsabilidad completa no le corresponde al Estado, si bien la labor de legislar al respecto y vigilar que la ley se cumpla sí es su labor. En cuanto a la construcción de edificaciones nuevas con un consumo casi nulo, también hace falta que el sector de la construcción se modernice, se involucre y participe activamente. Arquitectos, albañiles, consumidores: todo aquel que forme parte del mercado inmobiliario deberá revisar estas recomendaciones para poder participar desde su propia trinchera en estos objetivos.

Otra buena forma de colaborar es desterrar la idea de que estos objetivos de construcción de nuevos inmuebles son inaccesibles por su precio. Como ya comentábamos en un principio, los análisis de la técnica con que cuenta la industria de la construcción en Europa, permiten hacer una prospectiva respecto a los precios de estos servicios tan específicos: aislamiento térmico, diseño inteligente para aprovechar la luz y el calor solar, ventanas y puertas aislantes, materiales, pruebas técnicas, todo verá una estabilización de sus precios en los próximos diez años.

Finalmente, el elemento energías renovables no debe ser dejado de lado. El documento las menciona con frecuencia, sobre todo si son producidas in situ, sirven como un elemento ineludible de eficiencia: la energía se produce y se consume sin pérdidas de transporte. La energía solar, la biomasa, las calderas que aprovechan la propia circulación del aire frío para generar calor, todas estas opciones se harán cada vez más frecuentes y de fácil acceso. A la vez, el Estado deberá responder con un marco legal que verdaderamente proteja y no penalice el no uso de la red de aprovisionamiento eléctrico.

Cada paso dado en pro de las viviendas con consumo casi nulo es uno que se da en favor del respeto del ambiente y la posible resolución de una crisis energética y ecológica de desastrosas consecuencias que amenaza a la sociedad contemporánea en la actualidad.

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