¡Vaya sorpresa!, luego de realizar el trámite para la certificación de eficiencia energética de tu vivienda, piso o edificación obtienes una calificación que no es muy alentadora…

Le ha correspondido una calificación “D”, “F” o “E” o tal vez la situación es mucho peor y le han otorgado la última letra de la escala que además va resaltada con un llamativo color rojo.

Si este es tu caso, no te preocupes porque no todo está perdido y para mayor consuelo esto sucede con más frecuencia de lo que te imaginas.

¿Qué consecuencias trae una baja calificación?, ¿tiene solución? ¿Puedes tramitar una nueva certificación?… te lo contaremos todo en este post.

Importancia de una buena calificación energética.

La calificación energética es el indicador que señala los niveles de eficiencia de un inmueble en cuanto a consumo energético, ¿Y por qué debe importarnos?…

Pues porque en la actualidad hacer uso eficiente de los recursos no es únicamente responsabilidad del Estado sino también cada uno de nosotros como usuarios.

A fin de cuentas, es nuestro planeta y debe importarnos el grado de afectación que generamos al ecosistema solo para satisfacer las necesidades básicas.

Y si crees que esta no es razón suficiente, tal vez “el factor económico” si te de motivos para convencerte de su importancia.

Un alto consumo energético puede inflar tu facturación eléctrica o de gas hasta cifras verdaderamente atemorizantes.

Si vas alquilar o comprar.

No debes ver el certificado energético solo como un requisito al momento de alquilar o comprar un inmueble, realmente debes prestarle atención a este documento.

Ya que esta etiqueta te dará indicios de cuánto será tu gasto a futuro por concepto de electricidad o gas en el inmueble que estás a punto por comprar o de aquilar.

Imagina hacer el negocio soñado: alquilar un piso a un precio tentador y que luego sea muy tarde para darte cuenta que el importe de la factura de la luz, o del gas, escapa de tu presupuesto, ¡es mejor prevenir!

Si eres propietario.

Para los propietarios tener una buena calificación energética representa grandes beneficios al momento de poner su inmueble en el mercado.

En primer lugar, podrás usar este factor como un punto focal de tu oferta, siendo una muy buena estrategia de mercadeo, ¡todos desean pagar menos por consumo energético!

En segundo lugar, mejorarás la velocidad de la negociación, podrás colocar con más rapidez tu inmueble en alquiler o venderlo si tienes una buena calificación energética.

¿Es posible mejorar la calificación energética?

Si has recibido una baja calificación energética puedes pensar que ya no hay nada que hacer, pero si hay maneras de remediarlo.

Realizar algunos cambios en la edificación te ayudaría a mejorar la letra energética, es por esta razón que el profesional encargado del informe incluye un apartado de recomendaciones.

Erróneamente muchos propietarios piensan que para tramitar nuevamente la certificación es necesario que transcurra el lapso de caducidad de la misma, es decir 10 años (5 años si la calificación energética es una “G”)

Pero no es preciso esperar tanto, si has realizado cambios en el inmueble para mejorar la eficiencia energética podrás tramitar una certificación cuando lo desees.

Una mejor calificación energética, ¿Qué debes saber al respecto?

Antes de hablar de las recomendaciones o cambios para mejorar la eficiencia energética es importante que conozcas algunos conceptos y detalles que te servirán para comprender el tema.

Tales como: ¿Qué es el consumo energético?, ¿Cómo se mide?, ¿Cómo se reparte? Y por supuesto ¿Qué es la eficiencia energética y sus indicadores?

¿Qué es el consumo energético?

El consumo energético es el gasto total de la energía en el inmueble y puede originarse a través de distintas fuentes de energía.

Existe una regla básica: “a mayor consumo, menor será la eficiencia energética la edificación”.

Especialmente si la energía no proviene de una fuente renovable, tus facturas serán bastante altas y además contribuirás con un mayor impacto negativo al medio ambiente.

¿Cómo se mide el consumo energético?

Para medir el consumo energético de una edificación se hace a través de los kilovatios por hora, quiere decir que 1 kilovatio expresa que en una hora se han consumido 1000 vatios.

La cantidad de kwh que muestre tu factura por el servicio eléctrico dependerá de las demandas del inmueble para el periodo de medición.

Dato importante: consumo energético promedio en España.

Cada inmueble tiene características distintas que incidirán en un mayor o menor consumo como, por ejemplo:

  • Ubicación (zonas más frías o cálidas inciden).
  • Orientación.
  • Tamaño.
  • Distribución y características constructivas.
  • Uso (residencial, comercial industrial).

Sin embargo, un buen dato es conocer el consumo promedio en el país para tener un valor con el cual puedas comparar tu consumo energético mensual.

Según el IDAE el gasto anual de electricidad por hogar ronda los 3.487 kWh, esta cifra engloba casas y pisos en general, pero las casas suelen tener mayor consumo que los pisos.

Desglosando estas dos categorías la referencia es la siguiente:

  • Un piso en España consume en promedio 281 Kwh por mes.
  • Una casa en España consume en promedio 313 Kwh por mes.

Reparto del consumo eléctrico en una vivienda.

Conocer como es el reparto del consumo energético en una vivienda puede ayudar a comprender cuál es su incidencia en la facturación mensual.

Claro está, que esta distribución es variable en cada hogar, pero esta distribución es el típico promedio de viviendas en España.

  • Calefacción.

El consumo por calefacción normalmente ocupa el 7.5% del total de los Kwh que se generan en un hogar, obviamente dependerá si la calefacción se realiza con sistema eléctrico o a gas natural.

  • Electrodomésticos.

Este apartado es el que lleva la mayor parte de gasto, el 55% del consumo en un hogar les corresponde a los electrodomésticos, estos consumen incluso cuando están en modo reposo.

La buena noticia es que los electrodomésticos no son tomados en cuenta al momento de realizar la calificación energética, sin embargo, si inciden y en gran medida en tu facturación mensual.

  • Cocina.

La gran mayoría de los hogares optan por cocinas eléctricas y puede alcanzar casi el 10 % de la demanda total de una vivienda.

  • Iluminación.

Ocupa el 12 % del consumo total, existiendo ciertas variaciones en la elección del tipo de bombillas.

  • Refrigeración.

Los equipos de refrigeración como aires acondicionados, bombas de calor, entre otros generan un 2.3% del consumo energético de una vivienda.

  • Agua caliente sanitaria

Normalmente su incidencia alcanza el 7.5%, pero va depender del sistema escogido para generar agua caliente.

Eficiencia energética y sus indicadores.

Una edificación es eficiente energéticamente cuando cumple con una serie de parámetros conocidos como clasificación energética, son variados los factores que intervienen en relación a ella.

Y está asociado con la energía y el confort dentro de la edificación principalmente: la calefacción, el agua caliente, ventilación, iluminación, entre otros.

Indicadores energéticos principales y complementarios.

El indicador energético principal está relacionado con:

  • Las emisiones anuales de CO2.  (se expresa en kg por m2 de superficie útil)
  • La energía primaria anual que consume la edificación (se expresa en kWh por m2 de superficie útil).

Estos se miden en función de la energía que consume la edificación para satisfacer necesidades asociadas bajo condiciones normales de clima, funcionamiento y ocupación.

Mientras los indicadores complementarios tienen que ver con:

  • El desglose de las emisiones de CO2 de los servicios principales de la edificación.
  • Desglose del consumo de energía primaria para los servicios principales del edificio.
  • La energía demandada por el edificio para satisfacer cada uno de esos servicios principales.

Analizar los indicadores complementarios permite dar razón del comportamiento energético y en base a ello se puede proponer recomendaciones para mejorar la eficiencia.

Indicadores energéticos para edificios de nueva construcción.

En este caso los indicadores energéticos se obtienen a partir de una metodología de cálculo que integra estos aspectos:

  • Disposición y orientación del edificio.
  • Características térmicas de la envuelta.
  • Características de las instalaciones de calefacción, agua caliente, refrigeración, ventilación e iluminación artificial.

¿Cómo se realiza el cálculo de la eficiencia energética?

Para realizar el cálculo de la eficiencia energética se debe medir la energía que se consume durante todo un año en condiciones normales de uso y ocupación.

Estos datos son expresados en valores finales de consumo energético medidos en kilovatios hora por metro cuadrado de la edificación (kWh/m2 año).

Y la emisión del dióxido de carbono se mide en kilogramos por metro cuadrado de edificación (kg CO2/m2 año).

Dichos valores tienen correspondencia con las letras de la escala de eficiencia energética y son los que permiten asignar el nivel.

Letras del certificado energético ¿Qué significan?

La etiqueta de eficiencia energética se compone de una serie de letras que van desde la A hasta la G acompañadas además de un color que las representa.

No hay que confundir la etiqueta de eficiencia energética de edificios con la de electrodomésticos. En el caso de los edificios, la letra “A” no tiene subescalas com en los electrodomésticos dónde la letra A se subdivide en A++ (verde intenso) que es el top de la escala, le sigue el A+ que representa una eficiencia entre el 30 y el 42 % menor que la letra anterior. Posteriormente viene la “A” (42% a 55%) y así sucesivamente hasta llegar a la G que es la menos eficiente.

En España, lo habitual es que los inmuebles se ubiquen entre la letra D y la E, esto es relativamente normal considerando que en nuestro país muchas edificaciones tienen más de 20 años de antigüedad.

5 formas de mejorar la calificación energética.

Para lograr una mejora significativa en la calificación de la eficiencia energética de la edificación hay que tomar en cuenta las recomendaciones del profesional que realiza la inspección.

Generalmente es necesario hacer cambios o ciertas reformas de complejidad variable según el caso:

1.- Aislamiento térmico:

Puede representar cambios importantes en cuanto a eficiencia, de hecho, un adecuado aislamiento permite un ahorro energético de hasta un 50% en edificios antiguos. La mayoría de edificios construidos antes de la entrada en vigor del Código Técnico de Edificación, 29 de marzo de 2006, carecen de un buen aislamiento térmico.

Si en la edificación no se ha previsto originalmente el aislamiento térmico se puede considerar la posibilidad de adicionarlo previo análisis de las mejores opciones.

2.- Cambiar la ubicación o material de las ventanas.

A su vez hay que tener en cuenta la estanqueidad y la eliminación de los puentes térmicos que resulten desfavorecedores y que pueden ocasionar fugas térmicas considerables.

En algunas ocasiones modificar alguna ventana y/o cambiar el material de las mismas por otro más eficiente a nivel térmico puede rendir frutos muy positivos.

3.- Sustituir calderas y equipos de climatización.

Las calderas de gas de condensación pueden representar un ahorro de hasta el 30% comparadas con las tradicionales.

A su vez optar por sistemas de climatización de bajo consumo como una bomba inverter de mayor rendimiento permitirá disminuir el consumo energético.

4.- Ajustes de termostato e inhibidores químicos.

Hay ocasiones que no es posible cambiar el sistema de calefacción por completo pero ciertos ajustes pueden proporcionar mejoras sustanciales.

Regular el termostato, así como los controles para la calefacción y el agua caliente sanitaria, es una buena idea para garantizar la optimización de su funcionamiento.

Otro truco es el empleo de inhibidores químicos cuando se dispone de una calefacción central que de hecho es muy común en España.

De esta manera disminuye la aparición de depósitos corrosivos que deterioran el sistema y reducen la eficiencia generando mayor consumo energético.

5.- Fuentes de energía sustentable.

Sin duda alguna optar por fuentes de energías renovables representara un cambio drástico en la calificación energética de la edificación.

Por ejemplo, una opción es la implementación de un sistema de autoconsumo energético valiéndote de la instalación de placas fotovoltaicas para generar electricidad propia.

¿Es obligatorio mejorar la calificación energética?

No es obligatorio. Si eres el propietario es una decisión que debes analizar considerando tus proyectos a corto, mediano y largo plazo.

Pero sin duda alguna mejorar la calificación energética se traduce en la reducción de los costes mensuales de facturación y eso es muy grato.

Y tomando en cuenta que las tarifas del servicio tienen una tendencia a incrementar en un futuro, no parece para nada mala idea.

Además, mejorar la calificación representa la posibilidad de rápidas negociaciones inmobiliarias, sumado al valor agregado que representa una buena calificación.

¿Dudas?, no te quedes con ellas, deja tu comentario o consúltanos! o lee nuestro otro post sobre Trucos y consejos para optimizar la calificación energética