Si nos ponemos a pensar cuál es la energía que más utilizamos en el hogar, quizá dudemos entre el gas o algún combustible semejante, y la electricidad. Sin duda, ésta última es la protagonista energética en el hogar, y cuando pensamos en hacer más eficiente nuestro uso de la energía, ya sea para obtener una buena calificación en el certificado energético o porque queremos colaborar más con el cuidado de nuestro planeta y en la ecología, o simplemente porque deseemos reducir el pago que hacemos por concepto del uso de esta energía.
Cualquiera que sea nuestro objetivo, sin duda un paso esencial es saber cuánto consumimos, en términos brutos de la energía eléctrica que utilizamos en el hogar y también en términos de la cantidad concreta que debemos pagar al recibir la factura.
Para ello, es necesario antes que nada, conocer la factura que recibimos y reconocer los detalles que nos indican cada uno de los parámetros considerados en el cobro y aquellos que nos permiten entender cuánta energía en realidad consumimos.
Es por esta íntima relación entre comprensión y uso eficiente de la energía que aquí en el blog de certificadodeeficienciaenergetica.com hemos decidido facilitarte algunas claves para un entendimiento más claro de la factura de la electricidad, lo que puede servirte como un paso más para economizar y a la vez, ayudar a un uso racional e inteligente de la energía en nuestro país.
El mercado de la energía eléctrica en España
En España, las tendencias que definen al mercado de la energía eléctrica sufrieron modificaciones drásticas en el año 2007, puesto que debido a qué el país se vio obligado a cumplir con normativas europeas se inició el proceso de liberalización en la comercialización de la electricidad.
Este proceso ha sido largo y evidentemente, ha implicado muchos pequeños cambios, detalles y procedimientos modificados que arrojaron como resultado la realidad actual de este sector de la actividad económica y de la vida cotidiana de todos los españoles.
El mercado eléctrico español se divide en dos grandes sectores: el mercado mayorista de la electricidad y el mercado minorista, que es el que se encarga de comercializar la energía eléctrica a los clientes finales: es decir, cada uno de nosotros en su empresa, en su hogar, en la escuela… y virtualmente en todas partes donde desempeñemos nuestras actividades cotidianas.
La liberalización se impulsó con la idea de que la competencia en el sector permitiría la autoregulación del precio final al consumidor gracias a la competencia entre diversas empresas. Como en otros muchos sectores económicos, este resultado no ha sido ni inmediato, ni evidente.
El mercado energético español, sobre todo en cuestión de la distribución eléctrica, ha sufrido en estas décadas diversos problemas deficitarios, de ajuste, e inclusive, reclamaciones en cuanto a la calidad del servicio. Nada de ello es exlusivo o endémico del mercado español: la energía moviliza a la civilización contemporánea, y alrededor de su producción, distribución, venta y consumo, siempre ha habido y habrá conflictos de intereses. Tanto es así, que la legislación que rige el consumo final de la electricidad y su facturación, no ha dejado de sufrir modificaciones desde el momento en qué este libre mercado energético vio la luz en el país.
Así mismo, la existencia del déficit tarifario en el sector, es una problemática que ha incidido negativamente en la competividad del mismo, cuestión que siempre reluce cuando las quejas de los consumidores por el servicio adquirido o por el precio pagado, se acentúan.
Legislación: cambios en el año 2015
En marzo del año 2015 se aprobó una reforma eléctrica que entró en vigor el 1 de abril. El objetivo tras esta nueva modificación legal es el de otorgar mayor poder a los consumidores en el sentido de poder seleccionar tarifas y pagar de acuerdo a lo que esperan. Idealmente, con esta nueva reforma, los usuarios podrán pagar únicamente el precio de mercado, con lo que se alcanzará un ahorro para todos los consumidores, fomentando al mismo tiempo la competencia y dándoles mayor capacidad de discernimiento y elección a los consumidores.
La primera modificación es el nuevo mecanismo en la determinación de la «tarifa eléctrica regulada», mismo que representa la mitad del recibo de la luz para aproximadamente dieciseis millones de usuarios, los cuales solían pagar la denominada «tarifa de último recurso», que actualmente se llama «precio voluntario para el pequeño consumidor» (PVPC)
Aquí se une al mercado mayorista con el distribuidor, enlazando las piezas que hemos mencionado como conformadoras del mercado de la energía eléctrica española. Con ello, los usuarios finales pagarán la energía consumida a un precio promedio, y quienes cuenten con un contador inteligente (que posea discriminación horaria) podrán pagar cada hora de consumo al precio preciso de la energía en el mercado a esa hora exacta. Son aproximadamente unos siete millones de usuarios que ya cuentan con este contador aunque aún no esté conectado al nuevo sistema. La legislación prevé un plazo de 3 años para cambiar de contador.
Otro detalle que se modificará al entrar en vigor esta legislación (cuyo reflejo en las facturas empezará a verse en junio del mismo año) es una penalización en caso de rescisión unilateral del contrato: si el consumidor lo hiciera con el precio fijo anual de forma previa a su finalización, sufrirá una cierta penalización del cinco por ciento máximo del precio fijado de la energía que no ha sido suministrada.
El ya mencionado PVPC se conforma de la adición de tres elementos: el energético (pago de la generación de energía/se fija en el mercado), los peajes de acceso (fijados por el gobierno) y los impuestos. En una factura hipotética que corresponda al PVPC, de 100 euros, 41.2 corresponden a peajes, 37.4 a la energía y 21.4 a los impuestos.
El principal cambio que se supone se ha realizado en beneficio de los consumidores es que anteriormente la fórmula se fijaba con las «Cesur», subastas trimestrales en que se fijaba el precio de la electricidad para el trimestre completo, para evitar la volatilidad del mercado. Pero ciertos estudios aportan que este sistema ha obligado a los consumidores a pagar más de trescientos millones de euros de más, lo que busca evitarse con el dinamismo del nuevo sistema.
La factura eléctrica estándar: elementos y explicación
A. Identificación de la compañía emisora
En esta sección encontraremos el logo, denominación social, CIF y domicilio de la compañía que está emitiendo la factura.
B. Datos generales
En esta zona, a la derecha se encuentran los datos personales del consumidor.
A la izquierda, por otro lado, tenemos:
- Periodo de facturación
- Número de factura
- Contrato/Suministro
- Fechas: de emisión y cobro
Atención, hay un número etiquetado como NISS, que corresponde al número de idenficación del suministro.
C. Facturación (resumen/síntesis)
En este sector se incluye el desglose de la factura, que varía de acuerdo a la compañía que la emite, pero en general, incluye el precio fijo de acceso a la red eléctrica, el cual depende de la potencia contratada; el término de consumo, que es la cantidad a pagar, y que se obtiene de los kWh de energía consumida multiplicada por el precio de la misma; el impuesto fijo y el alquiler mensual del equipo contador si no se adquirió desde un principio.
El importe total de la facturación suele incluirse no sólo en esta área, sino con otra tipografía, resaltándolo o destacándolo, en otra zona más visible de la propia factura.
D. Historial del consumo o consumo histórico
Se trata de una gráfica que presenta la evolución del gasto medio (en kWh) en los últimos doce meses, además de qué dependiendo de la compañía, puede agregarse una estimación del consumo diario.
E. Indicación de la tarifa concertada.
Esta sección hace referencia al tipo de factura contratada.
La tarifa cuota fija anual, representa un único precio en euros por kWh que comprende las veinticuatro horas del día, todos los días. En este caso, la factura es más bien una orientación, pues el pago corresponde a la cuota fija.
El otro tipo de tarifa es la discriminación horaria, con la que se tiene un periodo al día en que es más económica la energía. En caso de tener esta tarifa es importante seleccionar la hora en que se usan los electrodomésticos, con la finalidad de ahorrar energía y dinero. Después, están la tarifa mercado libre, y la tarifa PVPC que ya hemos mencionado.
Es importante aclarar que las comercializadoras que ofrecen la opción de libre mercado pueden regirse por el perfilado oficial u ofrecer precios fijos anuales, trimestrales o incluso mensuales.
También pueden incluirse en la misma factura:
- Un teléfono para reportar averías.
- Un área de ofertas personalizadas.
- Datos de contacto de la empresa.
- Datos para realizar alguna reclamación.
Consumo eléctrico y eficiencia energética
La energía eléctrica, como ya mencionábamos al principio de este artículo, es una de las que más utilizamos en el hogar. Desde la iluminación, el uso de diversos electrodomésticos (solamente en la cocina cuántos podemos contar: placa de cocción, horno, microondas, cafetera, tostadora, licuadora, batidora, nevera, congelador, lavaplatos, etcétera, a los que hay que sumar la lavadora, la secadora, los televisores y ordenadores…), y en muchos casos, parte de la calefacción/ventilación e incluso la producción de agua caliente sanitaria. Es por ello que para hacer un uso eficiente de la energía en el hogar, es necesario reflexionar mucho sobre los usos y costumbres con que utilizamos la energía eléctrica.
El modelo con que funciona el mercado eléctrico español permite la competencia, pero en ocasiones, tantos conceptos (compañías diferenciadas para la producción, transporte y distribución de la energía eléctrica, aunque posean virtualmente el mismo nombre; tipo de tarifa; impuestos, historial de consumo…) incluídos en la factura, pueden hacer confusa la tarea de un consumidor de decidir responsablemente.
Aún después de realizada la elección de empresa, tarifa, etcétera, el trabajo de un consumidor que pretende ahorrar no termina ahí.
Tanto las propias compañías que ofrecen el servicio, como otros agentes (como por ejemplo los técnicos que elaboran el certificado energético), pueden ser de ayuda con consejos e indicaciones generales.
Dentro de la factura (impresa o electrónica) suelen incluirse folletos con ofertas personalizadas y consejos para el ahorro y el uso eficiente de la energía: cambio de focos y lámparas, cambio de electrodomésticos o de sistema de calefacción.
Todo ello puede llegar a confundir aún más al usuario final, que finalmente lo que busca es hacer una elección sencilla y con ello gastar menos.
Ante cualquier duda al respecto, lo mejor es acudir en primera instancia a la compañía contratada o a una instancia gubernamental, pero también está vigente la alternativa de acudir a un especialista energético.
Finalmente, el conocimiento de la factura y sus elementos, así como de la legislación y los tipos de factura existentes de acuerdo a la misma, son una herramienta más para que los ciudadanos españoles puedan transitar el difícil camino del ahorro y de la eficiencia energética.
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