Frío Solar
Llega el verano y debemos afrontar los padecimientos del estío o la perspectiva de una abultada factura de electricidad en el mes de septiembre. La máquina de absorción nos permite aprovechar los excedentes de producción de agua caliente de los paneles solares para refrigerar nuestros hogares. Hablamos del frío solar.
Es una medida de mejora del consumo energético que empleo mucho en mis certificados de eficiencia energética cuando la vivienda es susceptible de instalar paneles solares.
En zonas con altos índices de irradiación solar, es fácil dimensionar el sistema de captación (los paneles solares) para conseguir una contribución energética solar de entre el 70 y el 110 % de la energía necesaria para producir agua caliente sanitaria, existiendo una limitación normativa (DB HE4 CTE), que establece la prohibición de sobrepasar el 110 % de la demanda energética o en más de tres meses seguidos el 100 % a no ser que se adopten una serie de medidas para dar salida a dichos excedentes, una de las cuales puede ser el desvío de los mismos a otras aplicaciones existentes, como pueden ser los sistemas de calefacción o de refrigeración de nuestra vivienda. Sí, ha leído bien, se puede obtener aire acondicionado a partir de agua calentada por el sol.
La máquina de absorción más sencilla, llamada de efecto simple, funciona gracias a una disolución de bromuro de litio en agua (una sustancia inocua) que realiza un ciclo termodinámico en un circuito cerrado, esto es, va pasando por varias etapas en las que la disolución va cambiando de temperatura, presión y concentración, lo que estas máquinas aprovechan ingeniosamente para tomar energía del agua caliente de los paneles solares y aprovecharla para enfriar el agua del circuito de aire acondicionado que en última instancia proporciona el aire frío que tanto apreciamos en estos meses.
Estas instalaciones se aprovechan además del hecho de que, en verano, cuando la producción de ACS por parte de los paneles solares es máxima y se genera un excedente, es también cuando la demanda de energía para refrigeración alcanza su máximo anual, produciéndose una sinergia muy beneficiosa con un consumo eléctrico casi despreciable, al necesitar un mínimo de energía eléctrica para la bomba de circulación y el sistema de control.
Hoy en día existe gran variedad de sistemas de absorción en el mercado, pudiendo encontrarse desde grandes máquinas capaces de producir el frío necesario en grandes edificios y hoteles, hasta soluciones compactas, del tamaño de una mesilla de noche para su uso doméstico, integrables con los paneles solares ya existentes y capaces de suministrar potencias de refrigeración en el rango de 10-100 kW, lo que las hace apropiadas para casi todas aquellas viviendas y edificios que ya cuenten o puedan instalar un sistema solar térmico para producción de agua caliente sanitaria.