La ubicación y el aislamiento de los acumuladores
Tras la realización de multitud de certificados de eficiencia energética me he dado cuenta que existe una variable (a veces desconocida) que puede ser capaz de hacer mejorar mucho la calificación energética obtenida por nuestra vivienda.
A la hora de valorar las instalaciones de ACS o mixtas, tanto sean individuales como colectivas (para un bloque completo), existen varios puntos a destacar que, con carácter general, son a los que damos más importancia: qué tipo de caldera es la que usamos, qué combustible la hace funcionar, cuál es su rendimiento de combustión, cuántos años tiene el equipo... etc.
Estas son las variables más comunes que solemos resaltar como importantes pero ¿qué ocurre cuando, por ejemplo, en nuestra casa tenemos un termo eléctrico que acumula 25,5l o 75l? o si los servicios de ACS y calefacción están centralizados en nuestro bloque ¿qué ocurre con los acumuladores de la sala de calderas?
Pues bien, existen aquí una serie de condicionantes que harán que una misma instalación sea más eficiente que otra. Analicemos detenidamente en función de si las instalaciones son individuales o colectivas.
- Para las instalaciones individuales, la ubicación de la instalación tendrá un papel fundamental. Por ejemplo, la eficiencia energética de nuestro termo eléctrico acumulador variará si lo tenemos en el balcón o fuera de la zona calefactada de la casa. Normalmente el termo mantiene la temperatura del agua a 60ºC y para ello realiza un consumo de electricidad, si éste se encuentra en la calle y además con poco o nulo aislamiento, la temperatura del agua bajará con más facilidad que si lo tenemos en la cocina u otro espacio calefactado de la vivienda. En conclusión, podemos decir que un termo en un balcón es menos eficiente que uno en el interior del inmueble.
- En el caso de instalaciones centralizadas con grandes acumuladores de agua caliente la situación es parecida. Para grandes bloques que pueden tener más de 2.000l de agua a unos 60ºC en uno o varios acumuladores de distintos volúmenes. Aquí es donde entra en juego el aislamiento de los acumuladores, que evitará la perdida del calor del agua, evitando a su vez que las calderas tengan que calentarla. Por eso un buen aislamiento de los acumuladores y mantenimiento del mismo, incluso adición de uno exterior si no cuenta con aislamiento el que tenemos instalado, mejorará mucho la eficiencia energética de la instalación y tendremos importantes ahorros económicos.