Soluciones tradicionales para reducir la demanda energética

En la actualidad, cuando nos enfrentamos desde el estudio a un nuevo proyecto, nos viene a la cabeza soluciones constructivas novedosas de grandes marcas comerciales, respuestas a las exigencias de las nuevas Normativas de reducir la demanda energética de los edificios mediante técnicas complejas, costosas y, en muchos casos complicadas de hacer entender a nuestros clientes.

Con el nuevo DB-HE (Documento Básico de Ahorro de EnergíaOrden FOM/1635/2013, de 10 de septiembre) nos encontramos en una nueva situación en la que con sustituir la caldera de gasoil por una de biomasa, no es suficiente ni se acerca, para mejorar la calificación energética de la vivienda; reapareciendo con fuerza el concepto de demanda energética, que no es otra cosa que cuánta energía necesita mi vivienda para alcanzar unas condiciones óptimas de confort.

Podíamos hablar de calderas de biomasa o leña, sistemas de climatización mediante la utilización de bombas de calor con geotermia o aerotérmia, cogeneración, etc.., pero no es el objeto de este artículo, sino cómo puedo construir mi vivienda para que la demanda energética sea reducida, independientemente del sistema elegido de climatización.

Desde nuestro estudio, al igual que llevan defendiendo muchos técnicos desde hace tiempo, entendemos la reinterpretación de las soluciones tradicionales para conseguir la reducción de la demanda energética, como la mejor manera de entender la arquitectura global en la que nos encontramos.

Cuando hablamos de soluciones tradicionales, no nos referimos a propuestas utópicas llenas de contenido teórico y una más que compleja aplicación, pensamos en soluciones tales como: muros trombe que podría llegar a ser una interpretación de la típica galería corrida en construcciones tradicionales, funcionando como “colchón” entre el ambiente exterior y las estancias interiores de la vivienda, mejorando las cualidades térmicas de la envolvente de nuestro edificio; también nos encontramos con pérgolas situadas al sur de la vivienda en las cuales se colocan elementos de vegetación, pudiendo ser un elemento adecuado la parra, por  tratarse de una planta de hoja caduca en invierno que al encontrarse el sol en un ángulo inferior a verano, permitiría pasar los rayos hasta penetrar en la estancia, protegiendo en verano dicha estancia; de igual modo, aprovechando al máximo la fase de construcción como es el movimiento de tierras, excavaciones para cimentación, etc.. tratándose de las fases del proceso constructivo donde mayor es el consumo de energía (electricidad, gasoil, etc..), con la realización de zanjas de cimentación con un ancho mayor al predimensionado, aprovechando el ancho de zanja no ocupado por la cimentación, e impermebilizándolo con una simple lámina, es posible aprovechar este espacio longitudinal para la acumulación de agua procedente de la lluvia para su posterior aprovechamiento para el riego.

Son incontables las soluciones constructivas posibles, ya sean de aplicación como elemento decorador, como solución de mejora de la envolvente o simplemente como aprovechamiento de las fases constructivas necesarias, en cualquier caso se tratarían de soluciones sencillas de aplicar, comprensibles y que no suponen un aumento considerable del presupuesto y sí un ahorro a corto plazo.

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