Sanciones en navarra por falta de etiquetas
Tenía que llegar.
Como ya he escrito en algunas ocasiones somos España, para bien y para mal, y esto tenía que llegar algún día; El Gobierno de Navarra ya está multando a las inmobiliarias por no cumplir la ley en cuanto a la publicidad de los inmuebles en venta o arrendamiento:
Tal como recoge la Ley 8/2013, de 26 de junio, de rehabilitación, regeneración y renovación urbana, en su disposición adicional tercera, punto 3d) “constituyen infracciones muy graves en el ámbito de la certificación energética de edificios Publicitar en la venta o alquiler de edificios o parte de edificios, una calificación de eficiencia energética que no esté respaldada por un certificado en vigor debidamente registrado.” (Las infracciones recogidas como muy graves serán sancionadas con una multa de 1.001 € a 6.000 €.)
La Comunidad Foral de Navarra es la encargada de vigilar y hacer cumplir dicho Real Decreto, conforme a la reglamentación recogida en la ORDEN FORAL 199/2013, de 30 de mayo, de la Consejera de Economía, Hacienda, Industria y Empleo, por la que se modifica el Registro de certificados de eficiencia energética de edificios, (https://www.navarra.es/NR/rdonlyres/BDE12B3B-9769-4D67-BD00-3602C4BEC13C/255337/OF1992013Registro.pdf), en concreto en el CAPITULO III, Articulo 14, PUBLICIDAD DE LA CALIFICACIÓN ENERGÉTICA, se indica como debe ser dicha publicidad.
Por ahora sólo han sido la inmobiliarias a pie de calle y con una multa “simbólica” de 300 a 600 €, (saltándose ellos mismos la Ley), también es obligatorio en los portales inmobiliarios e incluso en la prensa escrita. Y, aunque por ahora el IDAE lo permita, no tardaremos en ver como son los propietarios de las viviendas los sancionados por poner anunciar la VENTA o el ALQUILER de su vivienda sin la etiqueta energética.
Esta por ver que hacen las grandes inmobiliarias, los bancos, hasta ahora en sus páginas podíamos leer, certificado de eficiencia Energética: "En tramitación".
Si bien esto puede dinamizar puntualmente el mercado, la guerra de precios y la cantidad de “técnicos” que ejerce sin control redundará en, todavía, un peor concepto de los certificados de eficiencia energética y, por ende, de nuestro trabajo.