El porqué del Certificado de Eficiencia Energética
Aunque actualmente el Certificado de Eficiencia Energética es un requisito para poder alquilar o vender una vivienda, su razón de ser va más allá del hecho de representar un trámite administrativo.
España, a pesar de ser un país con gran potencial de desarrollo en energías renovables, tiene una gran dependencia energética del exterior.
Además el porcentaje de energía consumida de origen renovable todavía no es suficiente, predominando la energía de origen fósil (petróleo, gas natural).
Por tanto España consume más energía de la que produce y además de origen no renovable. Esto conlleva dos grandes problemas:
- Económico: pagar a otros países por la energía que nos venden
- Ambiental: emisiones de gases de efecto invernadero por el consumo de combustibles fósiles.
Gran parte de esta energía es consumida por los hogares por tres principales motivos:
- Viviendas antiguas y mal aisladas.
- Instalaciones de climatización obsoletas y con bajo rendimiento.
- Hábitos cotidianos de uso de la vivienda inapropiados.
El Certificado de Eficiencia Energética sirve para cuantificar objetivamente cómo una vivienda se comporta de cara a la energía que consume para garantizar unas condiciones apropiadas de habitabilidad. Nos sirve para saber cómo es nuestra vivienda y el posible derroche energético que está realizando con repercusión directa en nuestra economía y medio ambiente.
Cada vivienda bien aislada y con instalaciones eficientes es un grano de arena en el camino hacia un objetivo común económico y ambiental que nos beneficia a nosotros en primer lugar y a la sociedad globalmente.
El Certificado de Eficiencia Energética es la base para poder rehabilitar energéticamente una vivienda actuando en aquellas partes del edificio que lo necesiten: calderas, mejorar aislamiento, poner elementos de protección solar para el verano, etc.
Una buena calificación energética es un hecho diferenciador respecto a otras viviendas que garantizará un menor gasto en facturas de calefacción y climatización y mayor confort en casa.
Si una vivienda tiene una mala calificación siempre puede mejorar. Hemos de tener en cuenta que la inversión que realicemos, con el ascenso que actualmente se está dando en los precios de la energía, es una inversión económica de futuro, pues en cuanto amorticemos la cantidad invertida, ahorraremos cada mes al necesitar un menor consumo.
El argumento económico expuesto es indispensable para acometer la rehabilitación energética, pero no debemos de perder de vista la verdadera razón medioambiental que subyace bajo el mismo. Tenemos la gran suerte de que economía y medio ambiente, en este caso, van de la mano.