Orientación y acabados en el consumo energético del edificio

Resulta evidente que la magnitud principal en lo relativo a los consumos de calefacción es el aislamiento de la envolvente. Sin embargo, otros factores como los porcentajes de acristalamiento y la orientación del edificio, y el acabado de las superficies influyen de forma importante sobre dichos consumos. Los ahorros obtenidos son similares en todos los casos, si bien resultan especialmente relevantes en el caso de un edificio bien aislado, puesto que el porcentaje de mejora es mayor al ser menores los consumos.

Dejando el nivel de aislamiento a un lado, conviene analizar el resto de factores, comenzando por la orientación del edificio. Como es de esperar, la mejor orientación para la fachada de zonas de día o más vivideras es el Sur puro, si bien resultan aceptables desviaciones de hasta 30º en una u otra dirección.

Además, resulta destacable que a mayor porcentaje de acristalamiento de la fachada principal aumentan significativamente los ahorros obtenidos.

En el caso de un edificio con todas las fachadas iguales en lo que se refiere a porcentajes de acristalamiento, es evidente que resultan equivalentes los casos Este y Oeste, al igual que sucede en los casos Norte y Sur, si bien éstos son mejores que aquellos puesto que se ofrece más superficie al sol (Sur).

Respecto a los acabados es obvio que la radiación absorbida por una superficie depende de su color, siendo de conocimiento general que los colores oscuros poseen una mayor capacidad de absorción que los colores claros.

En el Código Técnico de la Edificación, se muestra en una tabla (en tanto por uno) la fracción de radiación absorbida en función del color y la tonalidad de la superficie receptora. Esta propiedad se denomina “absortividad”, en un extremo para una tonalidad media disponemos del color blanco con un valor de 0,30, en el medio el color marrón con un valor de 0,75 y en el opuesto el negro con un valor de 0,96. Claramente los colores oscuros tienen un mayor poder de absorción que los claros, este hecho se ha de tener muy en cuenta según la ubicación del inmueble y las demandas de calefacción y/o refrigeración del mismo.

Otro factor influyente sobre la capacidad de absorción de las superficies es su textura, puesto que una superficie lisa provocará una mayor reflexión, mientras que en las superficies rugosas parte de ese reflejo vuelve a incidir sobre el cerramiento.

Por ello, en caso de desear una buena captación, se diseñarán acabados oscuros y rugosos, mientras que en el caso contrario los colores deberán ser claros y los acabados lisos.

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