La iluminación LED en el Certificado Energético
Hoy día, el que más y el que menos ha escuchado hablar de la innovadora y revolucionaria iluminación LED, la cual podemos usar para iluminar con más intensidad, añadir colorido o gastar menos en la factura eléctrica, siendo por tanto más eficientes.
Hace tiempo que en Europa se viene progresivamente prohibiendo la venta de lámparas incandescentes en pro de las lámparas de fluorescencia compactas, conocidas como "bajo consumo". Pero estas nuevas bombillas no solo aportan bondades al usuario final, dado que consumen mucho más en el arranque, su vida útil es muy baja, y generan energía reactiva, lo cual económicamente no es grato. Por todo ello el LED se hace un hueco dentro del grupo de las tecnologías de iluminación.
Toda la información acerca de las lámparas y luminarias LED, que se viene anunciando a bombo y platillo desde hace algunos meses, incluso años, viene ahora refrendada con la certificación energética de los edificios existentes. En algunos locales comerciales pertenecientes al pequeño terciario, el hecho de cambiar su iluminación a LED puede llevar asociado el incrementar su calificación energética en dos letras, lo cual es una mejora bastante interesante y con la cual el usuario de dicho local puede ahorrar fácilmente hasta un 50-60% en el importe de la factura de energía eléctrica.
En el caso del gran terciario, el pasar de tecnologías convencionales de iluminación a tecnología LED, puede conllevar el mismo incremento en la calificación energética del edificio. Además, si se actúa sobre los elementos de control de las instalaciones para dotarlos de una cierta automatización, podríamos llegar a ganar hasta una letra más en la calificación, además de ahorrar mucho más en energía debido al consecuente ahorro.
Los actuales periodos de amortización de este tipo de instalaciones suelen estar entre uno y tres años, lo que añadido a que algunos fabricantes de LED ofrecen garantías de 5 años ó 50.000 horas en sus productos, hacen que invertir en la nueva iluminación sea más que rentable para una empresa, la cual una vez finalizado el periodo de amotización, empieza a ganar dinero a las partidas ya dedicadas al consumo energético.