¿Es justo que el propietario asuma el coste del certificado?
El Real Decreto 235/2013, de 5 de abril, establece la obligación de poner a disposición de los posibles compradores o inquilinos de un inmueble su certificado de eficiencia energética. La controversia aparece cuando la principal responsabilidad recae sobre el propietario: precisamente la persona que pretende deshacerse de este inmueble.
Si el objetivo de la Directiva 2012/27/UE es precisamente fomentar la eficiencia energética en los edificios ¿por qué se le impone la obligación al propietario? En realidad, el verdadero beneficiario de las posibles obras de mejora va a ser el comprador o el inquilino, que tendrá un mayor confort en su vivienda y ahorrará mucho dinero en sus facturas anuales de gas y electricidad. ¿Por qué debería interesarle el potencial ahorro de su vivienda a alguien que no tiene intención de utilizarla en el futuro?
La respuesta es sencilla. En cualquier plataforma online de venta o alquiler de inmuebles se aconseja al propietario que dé la máxima cantidad posible de detalles sobre su vivienda: estado del edificio, ubicación, número de dormitorios, número de baños, equipamiento, armarios empotrados, tipo de suelo, disponibilidad de ascensor, plazas de garaje, orientación,… De esta forma el posible comprador o arrendatario tendrá más información sobre la vivienda y se sentirá más seguro a la hora de animarse a adquirirla. ¿Por qué no incluir información sobre su consumo energético?
De la misma forma que cuando queremos vender un coche no dudamos en anunciar que consume “x” litros a los 100, una información realmente interesante para el comprador, mucho más útil será indicar la demanda y la cantidad de energía primaria que consumiría la vivienda en unas condiciones normales de uso y ocupación. No debemos olvidar que cuando nos decidimos a adquirir una casa estamos realizando seguramente la mayor inversión de nuestra vida. Los ahorros energéticos entre una vivienda con la máxima calificación frente a una con la mínima pueden rondar el 70%. Esto implica que si el gasto en una casa ineficiente ronda los 2000€ anuales, podrías llegar a ahorrarte más de 1000€ al año si escoges una vivienda con la máxima calificación. Una cantidad nada desdeñable y que seguro que en un futuro no muy lejano será clave a la hora de escoger tu vivienda.