Consumo de energía eléctrica en calefacción
Muchas veces se habla de las bondades de los llamados radiadores de "calor azul". Este tipo de radiadores son más que un tipo de radiador eléctrico, con un fluido en el interior que se calienta mediante una resistencia eléctrica. La carcasa exterior, normalmente de aluminio, y con diseños similares a los radiadores hidráulicos hacen que haya tenido estos años un auge no merecido.
El funcionamiento de los radiadores del tipo "calor azul" se basa en efecto Joule, que es el mismo que utilizan todas las resistencias para calentarse, como cualquier calefactor, la estufa eléctrica, el secador de pelo, la vitrocerámica, etc. El efecto Joule transforma la energía eléctrica consumida en energía calorífica aportada directamente, por lo que si consumimos 1.000 watios de electricidad, obtendremos 1.000 watios de calor (o un poco menos). Esto funciona para todos los radiadores eléctricos, independiente de si es de "calor azul", o un termo eléctrico convencional.
¿Dónde está la diferencia entre los radiadores de "calor azul" con otros radiadores eléctricos?
Básicamente la diferencia está en el fluido interior que tienen los llamados radiadores de "calor azul". Este fluido suele ser un aceite, que debido a su inercia térmica tarda más tiempo en modificar su temperatura, por lo que una vez que se desconecta el radiador este sigue emitiendo calor. Pero esto no es un beneficio directamente, ya que la inercia térmica del fluido interior también hace que tarde más en calentarse. El tiempo que el radiador de "calor azul" tarda en calentarse, es el mismo que tarda en enfriarse, y suele estar entre una y dos horas.
La alternativa al "calor azul" que requiere menos inversión es la utilización de acumuladores eléctricos, ya que se puede utilizar la misma instalación eléctrica, sustituyendo los radiadores. Si se opta por la colocación de acumuladores eléctricos se deberá optar por una tarifa con discriminación horaria, donde en las horas punta el kWh ronda los 0,18 euros, pero en horario nocturno podemos tener tarifas de alrededor de 0,06 euros por kWh. Con los radiadores de calor azul, que tienen que ser encendidos durante el día, ya que solamente emiten calor tras el apagado durante poco tiempo, tendremos que optar por una tarifa sin discriminación horaria donde el kWh esta entorno a los 0,15 euros. Comparado los radiadores de calor azul con los acumuladores, estaremos ahorrando aproximadamente 0,09 euros por kWh. Teniendo en cuanta que una vivienda de unos 80 m2 útiles puede tener instalados alrededor 8 kW en radiadores, y que estos en se pueden usar entre 4 y 7 horas diarias durante 6 meses, tendremos un ahorro anual de entre 500 y 900 euros.
Otra alternativa eléctrica, pero que requieren mayor inversión, pues se debe realizar una instalación nueva es la colocación de bombas de calor, que además que además de calentar en verano te proporcionaran refrigeración. Las bombas de calor de clase energética A (con un rendimiento superior al 360%), te consumirán 280 watios por cada 1000 watios generados. Los mayores problemas de las bombas de calor, son que a bajas temperaturas los rendimientos disminuyen notablemente, por lo que no es muy recomendable para climas con inviernos muy fríos. Además si los emisores se colocan en la parte alta, no se favorecerá la convención del aire, por lo que el calor se quedará arriba y el frío abajo.