Condensaciones - Las manchas que tanto molestan y no se van

En el presente artículo vamos a detallar, con un lenguaje lo menos técnico posible para que sea entendible por el ciudadano de calle, el concepto de las condensaciones, por qué se producen y qué tratamientos podemos hacer para evitarlas. Para ello, podemos empezar diciendo que la condensación es un cambio de estado del aire, es decir, teniendo en cuenta que el aire tiene un volumen y un peso específico y, a su vez, está compuesto, entre otras cosas, de vapor de agua, cuando se condensa pasa de estar en un estado gaseoso a líquido en forma de agua que es el % de la misma que lleva el vapor en el aire. Lo que ocurre es que si no se dan una serie de acontecimientos, que ahora comentaremos, no se transforma en estado líquido o no precipita dicho vapor en forma de agua. En un principio, si se desconoce tal fenómeno, el ciudadano puede pensar que alguien ha tirado una cantidad de agua en un cristal o, cuando nos duchamos, y vemos el espejo empañado de agua se puede pensar que de la propia ducha pueda haber salpicado agua al espejo pero hemos de comprender que tal fenómeno no ha sido producido en su origen de tal manera.
 
Entonces, por qué se produce? Pues se produce cuando el aire está viciado porque no hay suficiente ventilación que haga renovar el aire con un número de renovaciones/hora estipulado en el Código Técnico de Edificación (CTE) en el apartado HS-3, es decir, ésta es la causa indirecta del problema que viene condicionada por la primaria que es que en las superficies más frías de la estancia, como pueden ser los vidrios de las ventanas, el punto de rocío que es el punto límite donde a partir del cual se transforma el vapor en agua está por debajo del punto de rocío del aire, es decir, hay un importante contraste de temperatura con un gradiente térmico más alto de lo normal entre el del ambiente y el de la superficie donde se produce la condensación. El ejemplo lo tenemos cuando hacemos la típica actividad de ducharnos donde, como se genera una temperatura mayor a la ambiental, por defecto el gradiente térmico que se produce respecto al exterior sube y provoca que en las zonas frías, como son las carpinterías que están en contacto con el exterior en todo el espesor del muro, el vapor de agua se precipite sobre ellas y más cuando la estancia está cerrada y no ventilada para renovar dicho aire viciado. Este fenómeno es aplicable, en concepto, en todos los sistemas constructivos como las fachadas y cubiertas principalmente.
 
Así pues, una de las medidas que el código técnico de edificación propone es la ventilación con la renovación de aire en m3 por hora y esto se establece según el tipo de estancia y el número de habitantes que tiene la vivienda donde para determinarlos se establece que los dormitorios, que no son el principal, equivalen a 1 ocupante y el principal equivale a 2 ocupantes. Luego si, por ejemplo, tenemos una vivienda con 4 habitaciones como mínimo hemos de considerar para el cálculo 5 personas. Una vez establecidas las personas nos queda analizar el siguiente parámetro que son las renovaciones/hora por ocupante según la estancia. Así pues, en el salón comedor, por ejemplo, se consideran 5m3/hora por persona con lo que si hay 5 personas debemos, como mínimo, renovar un volumen de aire de 25 m3/h. En las zonas frías no interviene el parámetro de ocupación y personas y directamente se establece que se han de renovar 15 m3/h sin importar las personas y, en los dormitorios, se estima que, como mínimo, se han de renovar 2m3/h por persona con lo que tantas personas en un dormitorio nos dará el resultado total. El hecho de considerar el comedor el más restrictivo en cuanto a las renovaciones/hora tiene su explicación dado que es la estancia dónde se realiza la congregación y reunión de todos los ocupantes de la casa durante gran parte de las horas del día de manera conjunta. En las habitaciones no se consideran lugares de reuniones más que para descansar.
 
Conocida y explicada la ventilación y volviendo al fondo del problema lo que hemos de conseguir es reducir esa temperatura respecto al exterior para que en ningún momento hayan puntos o elementos en las estancias que estén por debajo de la temperatura de rocío. Además, las condensaciones pueden ser más abundantes o más severas dependiendo de la cantidad de vapor de agua que contiene el aire. Para averiguarlo podemos hacer uso de un higrómetro que nos permitirá medir la humedad relativa del aire. Humedades por encima dell 70-75% contienen gran cantidad de agua favorecido por la poca ventilación.
 
Luego, si el punto de rocío es el momento o estado en el que se produce la precipitación del aire en agua, entonces, hemos de evitar que se produzca y tratar de conseguir temperaturas interiores que sean bajas para que sea difícil que no se produzca el punto de rocío. Pero, a la vez, sin ninguna medida más es difícil de realizar y poner en práctica, porque, en la realidad, perderíamos en épocas frías el famoso confort térmico ya que las condensaciones son más propensas de producirse en las épocas invernales que en las épocas estivales y más sabiendo que en invierno, con la instalación de calefacción, las temperaturas interiores suelen estar sobre los 27-30º para un mayor confort con lo que las superficies de la envolvente en contacto con el exterior son muy propensas a la producción de condensaciones.
 
La solución pasa por disponer de buenos aislamientos y de una buena cámaras de aire y, si es posible, que estén ligeramente ventiladas que, además, ésto nos permitirá mejorar la eficiencia energética de la estancia. Por supuesto, la colocación de dichos aislamientos influye también en la apuración de las condensaciones de una manera más tardía o más rápida y con mayor o menor frecuencia, es decir, siempre será conveniente disponer del aislamiento por la zona más en contacto con el exterior. En otras palabras, ésto traducido en cubiertas, por ejemplo, hemos de irnos a cubiertas invertidas y en fachadas es aconsejable irnos a sistemas tipo SATE y por qué? porque son sistemas donde el aislamiento está en la cara más externa del sistema constructivo en contraposición de los sistemas convencionales donde el aislamiento está en la zona más interna como en las cubiertas más tradicionales tipo convencional o a la catalana con una subestructura de formación de pendientes con tabiquillo conejero o en fachadas anteriores al año 1979 que no tienen aislamiento o, si lo tienen, porque son posteriores no tienen cámara de aire con espesores de aislamiento pobres y puesto sobre la hoja de cerramiento interior si suponemos que tienen la doble hoja. También es verdad que el tipo de aislamiento es un condicionante más al margen del espesor y lugar de colocación pero es de menor importancia.
 
Nos faltaría saber y, no que nos hagan creer a la fuerza, por qué es mejor colocar el aislamiento por la parte externa del sistema. Si entendemos que la clave estaba, como decíamos antes, en la temperatura y que hemos de, necesariamente, tener una temperatura alta en comparación con la exterior en invierno para tener confort donde podemos considerar que si tenemos una temperatura media en el exterior de unos 4ª C y en el interior una temperatura de 27ºC, datos que podemos extraer de la agencia de meteorología de España (Aetmet), según zonas (en este caso he cogido zonas climáticas levantinas), nos encontramos un gradiente térmico de 23 ºC lo que nos indica que es muy fácil que se produzcan condensaciones en las zonas más frías. Entonces, lo que se busca es que cuando llegue la temperatura exterior en contacto con el cerramiento que da al exterior, como son las fachadas, el momento de precipitación de la temperatura de rocío quede en el interior o entre el sistema de fachada en alguna capa interior y no en la más interior como puede ser la propia pared con el acabado de pintura, se busca que la precipitación de rocío quede sobre el sistema y no por fuera del sistema. Con lo que sobre el aislamiento cuando la temperatura externa entra o incide sobre él, la temperatura sube con lo que el gradiente se disminuye y con la ayuda de una cámara de aire que aún haga aumentar más la temperatura y con el resto de capas cuando la temperatura de recorrido incide en la capa más interior llega a una temperatura lo suficientemente más cálida que hace el punto de rocío no esté por debajo del punto de rocío del aire de la estancia y con esto evitemos el famoso fenómeno.
 
Existen numerosos programas informáticos para la comprobación de las condensaciones como son el E-CONDENSA O EL AISLAM aunque los cálculos los podemos realizar manualmente calculando las condensaciones superficiales e intersticiales aunque es un tema extenso que ahora no interesa ya que lo importante era conocer por qué se producen y cómo lo hacen y que disposiciones constructivas son más eficientes a la hora de combatirlas.
 

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