Certificación Energética: sanciones y contexto actual
Todos esperábamos que a partir del 1 de junio, día en que el Real Decreto 235/2013, de 5 de abril entraba en vigor, los propietarios de viviendas en venta o alquiler comenzaran a solicitar las certificaciones energéticas de sus inmuebles, en cumplimiento de la nueva normativa. Sin embargo, estamos viendo una gran reticencia por parte del público a dar este paso. En parte por el desconocimiento y en parte por las dificultades económicas. Pero también por la tendencia natural de no aceptar los cambios hasta que sea inevitable y podamos encontrarnos con sanciones. Pues esa situación ya ha llegado. El pasado 26 de junio se aprobó la Ley 8/2013 de Rehabilitación, Regeneración y Renovación Urbanas, publicado en el BOE 153 de 27 de junio. En dicha ley se incluye, en las disposiciones adicionales tercera y cuarta, el régimen sancionador de aplicación en materia de certificación energética. Se establecen tres grados de sanciones, leves, graves y muy graves, asignando multas desde 300 hasta 6000 euros.
A modo de ejemplo, algunos de los casos sancionados son:
- Consideradas como infracciones leves, sancionadas con entre 300 y 600 euros: publicitar la venta o alquiler de inmuebles sin hacer mención a su calificación de eficiencia energética
- Infracciones graves, con sanciones entre 601 y 1000 euros: incumplir la metodología del cálculo para la certificación energética, no presentar el certificado de eficiencia energética ante el órgano competente de la Comunidad Autónoma, vender o alquilar un inmueble sin que el vendedor o arrendador entregue el certificado de eficiencia energética, válido, registrado y en vigor al comprador o arrendatario, etc.
- Por último, las consideradas como infracciones muy graves, sancionadas con multas de entre 1001 y 6000 euros, son: falsear la información en la expedición o registro de certificados, publicitar la venta o alquiler de edificios con una calificación que no esté respaldada por el correspondiente certificado en vigor debidamente registrado.
Por desgracia, es necesario llegar a "amenazar" con multas para que los propietarios consideren el certificar su vivienda. La esperanza que tenemos en Santamaría Ingeniería es que, mediante las labores de concienciación, los propietarios vean los importantes aspectos positivos de conocer el comportamiento energético de su vivienda, y se pierda la percepción de la certificación únicamente como un gasto obligatorio extra.