Calefacción y ACS: Equipos individuales para viviendas.
Una de las mejoras que a menudo se propondrán en los certificados energéticos por parte de los técnicos certificadores será la mejora del sistema de calefacción y agua caliente sanitaria (ACS); sustituyendo el equipo actual presente en la vivienda objeto de la certificación energética por otro de mayores prestaciones.
Se trata en este artículo de enumerar los principales tipos de equipos para la producción de calefacción y ACS para viviendas individuales así como sus principales características. De esa forma, el cliente que encarga el certificado energético dispondrá de una fuente de información sencilla y clara que le permita afrontar una posible mejora en su instalación con unos conocimientos mínimos.
Clasificaciones básicas.
Antes de entrar en otras consideraciones deben conocerse los diferentes tipos de equipos de calefacción y ACS en función de sus características principales de funcionamiento.
1) Primeramente podremos establecer un primer grupo en función de la capacidad o no del equipo para la producción simultánea de calefacción y ACS. En el caso en el que estos dos servicios se concentren en un único equipo hablaremos de equipos “Mixtos”. Un claro ejemplo son las calderas mixtas de gas natural presentes en multitud de viviendas hoy en día. Por otra parte, hablamos de equipos simples, necesitando de dos equipos, uno para el sistema de calefacción, por ejemplo una caldera de gasoil, y otro para la producción de ACS, por ejemplo un termo eléctrico.
2) Una segunda clasificación puede realizarse en función de la situación de la caldera dentro de la vivienda. De esa forma tendremos las calderas “de pie”, que se colocan sobre el pavimento, y las calderas “murales”, que van colgadas de la pared.
3) Una de las principales características de nuestro equipo de calefacción y/o ACS será el tipo de energía utilizada. Así, tendremos, ordenadas de menor a mayor consumo, calderas de combustibles sólidos (leña, pellets, biomasa), combustibles gaseosos (gas natural), combustibles líquidos (gasoil), o calderas de energía eléctrica.
4) Otra característica a tener en cuenta es el tipo de combustión. Así tenemos calderas atmosféricas que toman el aire de la propia estancia dónde se encuentra (este tipo de calderas están prohibidas para nuevas instalaciones a partir del año 2010) y calderas estancas que toman el aire del exterior. Ambos tipos de calderas deben por supuesto expulsar los gases de la combustión al exterior.
5) Con respecto a los equipos de producción de ACS, dependiendo del caudal necesario (número de baños principalmente) podremos escoger entre equipos con acumulación, que permiten un caudal constante en varios puntos al mismo tiempo, o equipos sin depósito de acumulación, o instantáneos, con el inconveniente de tener una reducción de caudal ante un uso simultáneo y la ventaja de un menor consumo.
6) La eficiencia de las calderas viene marcada por los diferentes tipos de tecnologías que pueden incorporar. Por ejemplo, pueden nombrarse las calderas de baja temperatura, equipos preparados para trabajar a una temperatura menor que la convencional y lograr así un mayor rendimiento. Dentro de esta tipología están las calderas de bajo NOx, calderas que emiten una cantidad de gases de combustión reducida y que son obligatorias en aquellas calderas que tengan el conducto de salida en la fachada. Por último, cabe destacar las calderas de condensación, las de mayor rendimiento, que aprovechan el calor de los humos de combustión y, normalmente, también son de bajo NOx. El inconveniente de este tipo de calderas además de su elevado precio (amortizable en una media de 5 años) es la necesidad de disponer de una salida de desagüe que en ocasiones supondrá la realización de una pequeña obra.