Apriétele las tuercas al Certificador Energético
Como cliente que contrata a un certificador energético debe ser capaz de elegir a aquél que por sus conocimientos y capacidad haga que la inversión que realiza le sea lo más rentable posible. Esta frase se puede traducir simplemente en la realización de un breve cuestionario al certificador energético con el que entre en contacto, simplemente con estas tres inocentes preguntas:
¿Cuál es la ganancia, carga y demanda de mi inmueble? Todo técnico que no sea capaz de contestar con rapidez a esta cuestión o el que lo haga de manera incorrecta es que no tendrá asimilado el concepto de eficiencia energética.
¿Me podría indicar a que se le llama "Efecto cueva"? Si el técnico se queda en blanco ante tamaña pregunta no debería confiar en sus servicios.
¿Me puede conseguir cualquier calificación, eligiendo la letra deseada yo? El técnico que le diga que le conseguirá la letra que usted desea no se tratará de un profesional con solvencia.
El lector de mi artículo puede pensar llegado este punto la falta de consideración que estoy teniendo con él, ya que se han expuesto una serie de preguntas sin aportar la respuesta. Lógicamente el cliente no tiene por qué conocer las respuestas en su mayor extensión, lo que le interesará es la reacción del certificador energético cuando se las plantee y por otro lado, para los más curiosos, para dar respuesta a las cuestiones hay dos maneras muy sencillas, la primera es buscar la respuesta uno mismo a través de los múltiples medios de los que disponemos hoy en día y la segunda es ponerse en contacto con nosotros.
Sea exigente con el profesional que contrata porque ello irá en beneficio de todos. Siempre le quedará la opción de elegir al que ofrezca un menor precio pero tenga en cuenta que por cada euro que crea que se ahorra a la hora de contratar a un técnico estará perdiendo la oportunidad de conseguir un ahorro energético de 100 euros.
En conclusión, al contratar a un certificador energético, es fundamental ser exigente y asegurarse de que el profesional tenga los conocimientos necesarios para ofrecer un servicio de calidad que maximice el retorno de la inversión. Un breve cuestionario con preguntas clave puede ayudar a identificar a los técnicos verdaderamente capacitados y a evitar a aquellos que carecen de solvencia profesional. El precio más bajo no siempre garantiza un buen servicio; al contrario, puede resultar en pérdidas significativas en términos de ahorro energético. Por ello, optar por un técnico competente no solo asegura un certificado preciso, sino que también contribuye al beneficio del cliente y al cumplimiento de los estándares de eficiencia energética.