¿Es cierto que las compañías eléctricas están en quiebra?
Éste podría ser el titular de un post en cualquier red social nacional o un whatsapp recibido en tú móvil.
Pero no nos engañemos, a fecha de hoy no es posible.
La realidad nos indica que los beneficios de las tres grandes empresas eléctricas de este país (Endesa, Iberdrola, Gas Natural) se han mantenido constantes a lo largo de los últimos años.
Según el diario El Economista (www.eleconomista.es) firmas como Iberdrola, Endesa o Gas Natural consiguieron situar sus márgenes de beneficios en casi el 7% en el conjunto del año 2012.
Si se compara este dato con las grandes eléctricas del Viejo Continente -E.ON, Enel, EDF y RWE- este ratio fue del 2,62%, casi 3 veces menos.
Además se estima que con el último incremento de precios del mes de Noviembre de 2013 y hasta la intervención de la CNMC, las eléctricas aumentaron su facturación en 150 M€ en tan sólo 11 días.
Todo ello refleja que no todo lo que se dice acerca del déficit tarifario es cierto y que no es justo que siempre tenga que pagarlo el consumidor final en su factura eléctrica.
Por otro lado, no podemos olvidar que el precio de la electricidad en España es, actualmente, el tercero más caro de la UE y nuestro nivel de ingresos o renta per cápita está muy distante de otros países europeos como Finlandia, Suecia, Dinamarca o Alemania.
Pero... ¿Qué podemos hacer los consumidores ante esta situación? ¿Nos tenemos que quedar de brazos cruzados? No necesariamente.
Desde hace un tiempo, se han creado numerosas plataformas en internet con la finalidad de recoger firmas para que el Estado encargue una Auditoria independiente para establecer los costes reales de producción de la energía eléctrica.
Quizá esta sea la mejor solución para los consumidores, y en mucha menor medida para las compañías eléctricas, ya que esta Auditoría nos permitiría conocer a todas las partes implicadas (Gobierno, consumidores y compañías eléctricas) el coste real de un kWh de electricidad. Sólo así podremos llegar a una situación ideal, donde exista de verdad una liberalización del mercado eléctrico que, sin ninguna duda, mejoraría notablemente tanto la macroeconomía de este país, como la microeconomía de nuestros hogares y empresas.