Un voto a favor de la Certificación Energética

Quizás muchos de nuestros clientes finales, propietarios de inmuebles en venta o alquiler, no vean con buenos ojos la obligatoriedad de obtener un certificado de calificación energética de su vivienda o local comercial, como condición “sine qua non” para la venta o alquiler  del mismo. Es más, lo verán como la obligación que les impone el gobierno a acometer un gasto innecesario, en los tiempos que corren, en los que cualquier coste añadido supone una contrariedad.

Pero… ¿nos hemos parado a explicarles el porqué de la necesidad de estos certificados? Considero que forma parte de nuestro trabajo, además del mero hecho de emitir un documento y cobrar por él.

En primer lugar se trata de información al usuario. Hasta ahora, cuando una persona estaba interesada en alquilar o comprar un inmueble, se preocupaba por aspectos como la situación del mismo, sus metros cuadrados, o sus calidades. Pero ahora, cuando hablamos de calidades ya no solo nos referimos a los acabados de la vivienda. ¿Qué hay de su aislamiento térmico? ¿Y de sus instalaciones? ¿Son eficientes?

Estas cuestiones van tomar relevancia a la hora de adquirir una vivienda a partir de ahora. Y precisamente, es lo que saca a relucir el certificado de eficiencia energética,  la “Calidad Energética” o eficiencia de la vivienda.

Haciendo una reflexión paralela, deberíamos recordar que España es un país cuasi totalmente dependiente, energéticamente hablando. Es decir, que al no tener recursos energéticos, hemos de importarlos. Como no tenemos petróleo, debemos comprarlo fuera de nuestras fronteras, principalmente a países como Arabia Saudí, Rusia, Nigeria o Irán, entre otros.

Volviendo al concepto inicial de la eficiencia energética, sería lógico pensar que ante dos viviendas de similares características, ubicadas en una misma zona, el interesado mostrará más interés por aquella que tenga una calificación energética más favorable, es decir, una mayor eficiencia energética en su conjunto. E incluso parece lógico pensar que no le importaría pagar un poco más por la vivienda más eficiente, puesto que  el gasto energético de la misma será menor, y por lo tanto más económico. A partir de este punto ya vemos de una forma más clara la utilidad del certificado energético, ¿Verdad?

Pero podemos ir incluso un poco más allá. Ha quedado claro que el certificado energético fomentará la competitividad entre propietarios en materia de eficiencia energética. Esta mejora de la eficiencia la podemos lograr a nivel de una vivienda o local comercial que forma parte de un edificio, o a nivel del edificio entero. Y conseguiremos esta mejora a través de la llamada “Rehabilitación Energética”.

A una de las últimas Jornadas Técnicas acerca de la materia a la que asistí, que tuvo lugar en la nueva sede de Urbanismo del Ayuntamiento de Malaga allá por Noviembre de 2012,  asistieron ponentes del Ayuntamiento y  la Universidad de Málaga, FCC y Gas Natural, entre otros. Y casos prácticos y experiencias expuestas a parte, fue un comentario realizado durante la ponencia de Fomento, Construcciones y Contratas, S.A. el que más interés despertó en mí. Según el ponente, en España habría un total de siete millones de edificios que serían susceptibles de una “Rehabilitación Energética”. Y se calcula que hasta 2050 solo habríamos tenido capacidad para rehabilitar la mitad de esos edificios.

Si eso es cierto, solo significa una cosa: empleo sostenible a medio y largo plazo en el sector de la construcción, propiciado por la Rehabilitación  fomentada por la eficiencia Energética, con independencia de “Booms” puntuales ni de peligrosas burbujas Inmobiliarias.

Por ello permítanme que si la Certificación Energética de Edificios supone un paso más en el fomento de la Rehabilitación Energética, abogue por ella, y anime a todo aquel que lea esto a que haga los mismo, pues creo sinceramente que, tal y como está el “patio”, sería algo positivo para todos.

Y una última reflexión: ¿No les parece que una buena forma de fomentar la eficiencia energética por parte de nuestros dirigentes sería rebajar el Impuesto sobre Bienes Inmuebles a las viviendas más eficientes? Pues en Alemania llevan algún tiempo haciéndo algo parecido y funciona, pero tranquilos, solo vamos con 10 años de retraso.

Por:  Ignacio Fernández Sánchez, Ingeniero Industrial

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