¿Supone la iluminación LED un gran ahorro energético?
Desde edifitasa, queremos abordar un tema que mucha gente nos comenta a la hora de seguir una serie de recomendaciones para ahorrar energía en su hogar sin que éstas supongan un gran desembolso. Y es que, la iluminación LED, puede suponer un gran ahorro en la factura de la luz a partir de una pequeña inversión, al contrario que medidas más costosas como la ejecución de un trasdosado de Pladur en los cerramientos exteriores para la mejora del aislamiento térmico y acústico o la sustitución de la caldera y las ventanas, medidas éstas más costosas y laboriosas.
La sustitución de las bombillas incandescentes, fluorescentes o halógenas por iluminación LED, al igual que el hecho de contar con electrodomésticos eficientes energéticamente, aporta varias ventajas adicionales que suponen en este caso un ahorro energético de entre el 85-90 %, en la parte de la factura de la luz correspondiente a la iluminación.
Una de las desventajas actuales al optar por este tipo de iluminación es su alto precio ya que una bombilla LED puede costar entre 5 y 30 €, dependiendo de su potencia, marca, ángulo de apertura de la luz y tipo de casquillo. Esta desventaja no lo es tanto a largo plazo, ya que la vida útil de las bombillas LED puede variar entre los 10 y los 25 años, que sumados al ahorro medio de 15 euros/anuales por cada bombilla en la factura de la luz, suponen un ahorro y amortización de la iluminación LED a partir de tan sólo los 12 meses desde su compra.
Otro factor a tener en cuenta es el hecho de que la iluminación LED ofrece otras ventajas más allá del ahorro, al ser una menor fuente de calor y proporcionar una luz uniforme y con posibilidad de ser regulada variando sus tonos y tipos de color, en función de la estancia o del ambiente que queremos crear.
Como conclusión y aunque la inversión inicial es alta, queremos incidir en el gran ahorro que supone la iluminación LED. Como consejo, desde EDIFITASA aconsejamos sustituir la iluminación del hogar gradualmente, empezando por las habitaciones que más tiempo ocupamos y optando a su vez por luces con una temperatura de color inferior a los 3500 K, con el fin de mantener una sensación confortable y de calidez en todas las estancias de nuestra vivienda.