IBI reducido en viviendas con mejor calificación energética
Los Presupuestos Generales del Estado de 2016, introducen una rebaja en el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) a las viviendas con mejor calificación energética. Dichos presupuestos, que entraron en vigor el pasado 1 de enero, da potestad a los Ayuntamientos para rebajar este impuesto hasta un 20% en las viviendas más eficientes energéticamente.
La medida pretende fomentar la construcción y adquisición de viviendas que ahorren energía, así como la realización de instalaciones u obras para la obtención de las certificaciones más altas. La bonificación será mayor para los inmuebles que mayor calificación energética hayan obtenido. Así, para las viviendas con certificado tipo A, la rebaja podrá alcanzar el 20%, para las de tipo B, hasta el 16%, para las de tipo C, hasta el 12%, para las de tipo D, hasta el 8% y para las de tipo E, hasta el 4%. Los inmuebles con certificados tipos F, G o las que no tengan certificados, no tendrán rebajas en este impuesto.
Si bien la medida permite a los consistorios municipales introducir esta rebaja a la hora de aplicar el IBI, limita, por otro lado, que los Ayuntamientos puedan introducir mayores rebajas en cuanto a eficiencia energética de los hogares.
Recordemos que una vivienda con una buena calificación energética, permite además ahorrar a su propietario entre 1.000 y 2.500 € al año, en gasto de electricidad.
Por ejemplo, una vivienda de unos 100 metros cuadrados, con una calificación energética G, que mantenga siempre las mimas condiciones de confort, tendría un consumo anual aproximado de 15.184 KWh de electricidad, lo que equivale a unos 2.521 € al año impuestos incluidos. La misma vivienda pero con calificación energética C, el consumo eléctrico se reduciría hasta los 6.300 KWh/año, equivalente a unos 1.045 € anuales; mientras que si la calificación energética es A, el consumo caería hasta los 1.250 KWh/año, equivalente tan sólo a unos 207 euros anuales.
Esto confirma que la eficiencia energética es la mejor aliada para nuestra economía, siendo importante el ahorro que supone elegir un hogar con una etiqueta de certificación energética con calificación B o C, en lugar de G.