¿Para qué vale el certificado de eficiencia energética?

escrito por Alberto Espinosa

Llevo muy poco tiempo haciendo certificados de eficiencia energética y esta ha sido la pregunta más repetida (y con mucha diferencia).

¿Para qué vale el certificado de eficiencia energética?

Me la han hecho clientes, familiares, amigos,... Y con todas sus variantes: "¿Pero vale para algo?", "Yo creo que es para recaudar nada más", "Aunque sea por donde quieres tirar para trabajar, no vale para nada, ¿verdad?".

¿Qué se le responde al que formule una pregunta de este tipo? Las respuestas son muchas y muy variadas, pero yo siempre empiezo con la siguiente: "Viene de una exigencia de la Unión Europea que pretende ahorrar energía en los edificios, buscando que en unos años el consumo sea casi nulo...".

Es un "vamos, que la tienes que hacer y punto". Pero no me suelo quedar ahí. Y continúo con mis explicaciones.

En este punto divido mi explicación en dos partes: de cara al que quiere alquilar o comprar, y de cara al propietario.

Les explico que de cara al posible comprador o arrendatario, de la certificación energética les puede resultar útil la calificación en sí, o sea, la "letra". Un ejemplo que me funciona muy bien es el de los electrodomésticos: "Si vas a comprar una lavadora, y una de ellas tiene una D y la otra una A, sabes que la que tiene la A va a consumir bastante menos que la que tiene la D, por lo tanto te comprarías la de la A, ¿no? Pues con los pisos haces igual". Ante esto, la mayoría ya se da por satisfecha, pero aún hay alguna gente que no queda convencida de la utilidad del certificado.

Entonces continúo con mi explicación, enfocándola al propietario. Les explico que el documento va con una serie medidas de mejora propuestas (importante, explicar que no son vinculantes, que no están obligados a llevarlas a cabo), y que estas se pueden utilizar para calcular el ahorro que se obtendría al llevarlas a cabo. Suelo usar algún ejemplo (a veces exagerando un poco): "mira, a veces con cambiar el termo por una caldera ya ahorras un montón. Si pones una caldera de gas de las nuevas, igual te ahorras 500€ al año, y la amortizas en nada". Con este tipo de ejemplos casi todo el mundo queda satisfecho.

Al final siempre queda un pequeño reducto de personas a las que el ahorro energético les importa más bien poco. Esa gente a la que el reciclaje les parece una tontería, y que no miran la "letra" de los electrodomésticos.

Me imagino que con el tiempo la gente dejará de cuestionar la utilidad del certificado, igual que no se cuestiona hoy en día la de la calificación de los electrodomésticos. Hasta entonces, espero que mi explicación sirva de ayuda.

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