Recargar coche eléctrico en casa y mi certificado energético

¿Cómo instalo un punto de carga para mi coche eléctrico en el garaje, cuánto me cuesta y cómo afecta al certificado energético de mi vivienda?

Una de las principales incertidumbres de los usuarios que se plantean la compra de un coche 100x100 eléctrico es el tema del repostaje.

Hoy día, las infraestructuras españolas en vía urbana no cuentan con suficiente instalaciones de recarga para proveer de manera cómoda al parque de vehículos eléctricos que está creciendo de manera exponencial en los últimos años.

Algunos gestores de carga promueven la posibilidad de instalarnos un punto de recarga en la calle. Este proceso no es sencillo, pues depende de la evaluación positiva de su viabilidad por parte del gestor, de los pertinentes permisos municipales y de atarnos con contrato y bono de recarga mensual con el gestor de carga.

Por otro lado, las estaciones de recarga rápida de uso público, además de ser escasas, tienen un coste mucho más alto que recargar en casa.

Por todo ello se hace muy recomendable que el usuario que planea adquirir un auto eléctrico, posea una plaza de garaje propia.

En el pasado cercano no se incluían puntos de carga en los aparcamientos de las viviendas de nueva planta hasta que entró en vigor el Real Decreto 1053/2014, de 12 de diciembre, por el que en los garajes comunitarios de edificios de viviendas debe haber una preinstalación para hacer más fácilmente las derivaciones a cada plaza de garaje. Esto no obliga a que haya estaciones de recarga propiamente dichas, pero se ahorran costes. Por ello, el nuevo usuario está forzado a instalar de modo propio, un punto de suministro para el vehículo en su plaza de garaje.

-Primer inconveniente. ¿Cómo instalo el punto de carga en mi garaje?-

En realidad es bastante sencillo, con el cargador ocasional que trae el vehículo, conectado a un simple enchufe convencional. Esto es, un enchufe de tipo doméstico y conector schuko de 16 A y TOMA DE TIERRA (si, en mayúsculas por su importancia). Si bien el periodo de recarga se hace más largo con estos cargadores, también respetan más la vida de la batería que un cargador “rápido”.

Hay que tener cuidado planeando el uso del vehículo con estas cargas, pues el plazo de recarga completa puede oscilar entre 15 y 20 horas. Esto nos termina llevando a instalar un mural o Wallbox que admita una recarga de batería en un tiempo más moderado.

Para cumplir con la normativa actual, la ITC BT-52, que regula la infraestructura de recarga para vehículos eléctricos en todo tipo de garajes, habrá que instalar un circuito exclusivo para tener una estación de recarga (ya sea un wallbox o base mural, ya sea un punto de recarga simple). Este circuito no podrá superar los 9,2 kW de potencia.

-En el caso de una vivienda unifamiliar no es problema, pero ¿y en garajes comunitarios?-

Tras una modificación de la Ley de Propiedad Horizontal en el año 2009, hoy por hoy solo hay que informar por escrito al presidente de la comunidad o administrador de la finca de que se va a realizar la instalación del punto de recarga, eso sí, conectando al contador eléctrico de nuestra vivienda, o en el caso más desfavorable que problemas técnicos o económicos impidan lanzar un cableado desde el contador a nuestra plaza de aparcamiento, contratando un contador dedicado a nuestro punto de recarga.

Existe una tercera opción de instalar un contador a partir del contador general del garaje comunitario, donde se refleje el consumo de tu vehículo, pero esta opción necesita la aprobación de la comunidad de propietarios, no siempre es posible.

-Segundo inconveniente: ¿Cuánto me cuesta una instalación?-

Poco, para el caso de una vivienda unifamiliar, gratis si podemos usar el enchufe de la cochera, y entre 450 y 800 euros, si se instala un base mural de recarga estándar.

En el caso del garaje comunitario, el incremento sobre este precio se deberá a la instalación necesaria para llevar el cableado desde el contador a la plaza de parking, llevándolo siempre por zonas comunes del edificio.

Además está el tema del consumo eléctrico, el coche eléctrico pasa a ser el mayor devorador de kilovatios en nuestro hogar, consumiendo de media (en el año 2018) unos 15 kW/h cada 100 recorridos, aproximadamente 1,5 euros si recargamos cada noche 100 kilómetros de autonomía. En realidad esto supone un ahorro respecto al coste del carburante tradicional.

Además no todo son gastos, el gobierno comienza a incentivar la compra de estos vehículos con ayudas, tanto a la compra como para la instalación de puntos de carga. Es el caso por ejemplo del Plan MOVEA 2017 del pasado año.

-Tercer inconveniente: ¿cómo afecta al certificado energético de mi vivienda?-

Cargar en casa un coche eléctrico no equivale automáticamente a aumentar la potencia contratada, dependerá de si instalamos un wallet de carga muy rápida o si nos ceñimos al cargador convencional o uno de carga normal.

En todo caso es muy recomendable estudiar las diferentes tarifas que nuestra compañía eléctrica nos ofrece, optando siempre por tarifas de discriminación horaria con precio más económico del kilovatio en el horario que tengamos planeado cargar el vehículo. Existe una tarifa diseñada a medida para los consumidores con vehículo eléctrico.

En cualquier caso, la sumatoria total de eficiencia energética de casa+vehiculo es claramente positiva con independencia de la etiqueta energética de la vivienda.

Por todo ello, si bien es cierto que el vehículo actuará como un electrodoméstico más de la vivienda a efectos de la factura eléctrica, no afecta directamente al interior de la zona vividera de la misma, pudiendo disociarse y no debiendo incorporarse a los cálculos del certificado de eficiencia energética de la misma.

En resumen, es a todas luces muy interesante a nivel económico y sostenible, la nueva vía que se nos abre con los vehículos eléctricos, que sin duda irá depurando inconvenientes en los próximos años para acabar con las emisiones contaminantes derivadas de los hidrocarburos.

 

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