Obtener calefacción y agua caliente a partir de "el cuchu"
En ocasiones el ingenio humano nos deja boquiabiertos, independientemente de la época que nos haya tocado vivir.
El ser humano ha sabido adaptarse a innumerables circunstancias que le han sobrevenido, y si una de ellas ha marcado un antes y un después en nuestra historia ha sido la obtención de energía.
El descubrimiento del fuego para los primeros humanos que contemplaron tal fenómeno, debió ser algo fascinante. Algo inexplicable para aquellos moradores de la Tierra, acostumbrados a calentarse con pieles de animales y a comer carne cruda, que pasaron a situarse en torno a una hoguera para cocinar el alimento y aclimatar sus cuerpos en aquellos parajes tan hostiles.
Un hecho también sorprendente, ya a mediados del siglo XVIII, en torno a 1737, fue la aparición del carbón en Asturias. En monte del Carbayín, parroquia de Valdesoto, en el concejo de Siero se produjo un incendio que se mantuvo activo durante 5 meses. Parece descabellado en estos tiempos que un incendio dure tanto tiempo, aunque no lo sería tanto hace 300 años suponiendo que los equipos de extinción se basarían en un caldero con agua y poco más.
En una ocasión, un compañero de la Escuela Técnica de Topografía de Mieres, nos comentó asombrado que su hermana (Ingeniera de Minas) había ido a la defensa de un compañero que realizó su Proyecto Fin de Carrera sobre la obtención de energía a partir de basura. El resto de compañeros se asombró, admirando la propuesta de aquel estudiante de Minas. Mientras tanto a mí, me venía a la mente una historia que me contó mi padre.
Mi padre, natural del concejo de Llanera, recordaba que en un pueblo cercano llamado Santa Cruz, había un hombre que sin estudios ni nada, se las ingenió allá por 1960 para obtener energía y agua caliente a partir de algo que en Asturias, gracias a nuestra ganadería, conocemos muy bien: "el cuchu", que es como llamamos aquí al estiércol.
Pues este hombre disponía de calefacción y agua caliente en aquellos años 60, cuando para muchas personas era un lujo. Cabe señalar que las casas tradicionales asturianas situaban las habitaciones para dormir justo encima de las cuadras, aprovechando de esta forma el calor del ganado.
En 2008, un estudio en Texas, decía que el estiércol del ganado podría ser una fuente de energía renovable capaz de generar electricidad suficiente para cubrir el 3% del consumo de Estados Unidos. 40 años tarde llegan jajajaja.
Una buena noticia para incentivar las explotaciones ganaderas, y de paso reducir el consumo eléctrico.