La Certificación Energética, un paso lógico

En un mundo en el que las energías de producción fósil cada vez son más escasas y caras, en un mundo en el que las energías renovables no cubren las necesidades totales de la sociedad, debemos mirar hacia un consumo menor.

Industrias más evolucionadas que la construcción ya están dando pasos en este sentido desde hace tiempo.

Cuando la industria de la telefonía móvil ve como una de sus grandes limitaciones es la duración de la batería deciden seguir dos caminos paralelos, el primero y lógico es investigar baterías que generen una autonomía mayor. El otro menos lógico hacer que su sistema operativo gestione mejor ese recurso escaso. Un ejemplo lo tenemos con el eslogan de Apple y su batería. "La Autonomía es muy grande. La batería no." Clara referencia a la gestión del recurso. (El sistema operativo)

Otro caso que nos puede dar luz en la evolución de la construcción, es la industria del automóvil. Hace años que se dieron cuenta que para poder estar en un mercado tan importante tenían que hacer un coche a un precio de venta competitivo, con una larga vida útil y de bajo consumo. Aquí la limitación era el consumo y el constante incremento del precio del petróleo. Durante estos últimos 15 años cada modelo que sacaban era un reto al consumo.

Lo que llegaba al cliente eran cada vez modelos más eficientes pero en la trastienda cuatro "frikis" se dedicaban a crear prototipos que gracias a su diseño aerodinámico, su motor eléctrico, su poco peso y su placa solar en el techo podían recorrer hasta 10 kilómetros si hacia sol. Esto nos puede parecer gracioso, pero hoy es el día en el que empresas como Renault sacan modeos como el Zeo con una autonomía de 200 km, 100% eléctrico y emisión 0 de CO2.

¿En qué momento estamos en la Construcción?

No parece difícil contestar esta pregunta. Estamos sumidos en una crisis inmobiliaria en la que la renovación del parque inmobiliario es muy bajo, en el que el suministro eléctrico, gasóleo, gas, ... es una incógnita que se resuelve siempre de manera alcista. Esto nos hace pensar que claro que es importante hacer viviendas eficientes pero también lo es hacer eficientes las que ya tenemos.

¿Cuál es el camino?

El camino es hacer viviendas con emisiones 0 de CO2 y con una vinculación en el menor grado posible al precio del distribuidor de energía de turno.

¿Cómo lo conseguimos?

Pues tan importante es generar el calor como no perderlo una vez que lo hemos generado.

Claro que se están haciendo en dispositivos que generan calor con costos bajos de energía: calderas de alto rendimiento, recuperadores de calor, geotermia, emisión a bajas temperaturas (suelo radiante), placas solares, nuevos combustibles (Pelets,...), correcta orientación de la vivienda, aprovechamiento solar,....  

Pero no podemos ahorrar la peseta y tirar el duro, para ello tanto en la nueva ejecución de viviendas como en la rehabilitación hay que hacer las cosas de manera coherente y invertir en aislamientos, protección de puentes térmicos, carpinterías estancas,...

¿Y cómo saber si lo que hacemos es correcto?

Pues el único sistema para saber si lo que se hace es correcto es cuantificarlo. Ahí entra en juego la Certificación Energética. El certificado energético nos indicará como se comporta nuestra vivienda y en qué medida una actuación en ese sentido tiene repercusión económica.

En un futuro no muy lejano...

Así como en la industria del automóvil ya están penalizados los vehículos que emiten demasiado CO2 también se penalizará en un futuro las viviendas que no cumplan unos estándares. Para ello ya se están dando los primeros pasos como es la obligatoriedad de certificar las viviendas o locales en la transmisión o alquiler del mismo. Es evidente como paso con los vehículos que en un futuro no muy lejano se graven las viviendas con mayor huella de CO2

¿Ahora hay alguna duda de si es inteligente hacer una casa eficiente?  

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