Certificaciones Energéticas, ¿Impuesto o Inversión?
Estos días se habla de la aprobación del RD 235/2013, de 5 de abril, que aprueba el procedimiento básico para la certificación de la eficiencia energética de los edificios.
Los técnicos que estamos ahora inmersos en seguir especializándonos para esta tarea específica, tenemos claro los beneficios de esta nueva medida, pero, ¿cómo ven los ciudadanos el tema? ¿Se les ha sabido explicar realmente la finalidad de una certificación energética? ¿Se entiende como una inversión para nuestro país, o más bien como un impuesto más?
Pues bien, las certificaciones energéticas que ya empiezan a dar que hablar en nuestro país, se están viendo precisamente como otro impuesto más. Una nueva medida recaudatoria que llega en el peor momento, que de poco van a contribuir al crecimiento del país y en cambio, van a apretar aún más el bolsillo del ciudadano, aquel que se ve obligado a alquilar o vender alguno de sus bienes. ¿Es realmente necesario justo ahora?
Para todos esos ciudadanos a los que el gobierno no les ha sabido explicar bien esta iniciativa, como ocurre, por otra parte, la mayoría de las veces que se incorporan medidas en nuestro país, sinteticemos brevemente en este artículo el origen y la finalidad de esta medida.
El Decreto es una transposición de una directiva europea 2002/91/CE (Energy Performance Building Directive) que data inicialmente del lejano 2002 y que afecta a los 27 países que forman la Unión Europea. Todos ellos, de manera progresiva han ido poniéndola en vigor desde entonces, excepto uno: España. ¡Pues sí!, sólo España tiene aún pendiente la implantación de una medida que tiene como objetivo alcanzar el consumo nulo o casi nulo en los edificios y que la Unión Europea pueda contribuir a cumplir con el protocolo de Kyoto (reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, aumentar la eficiencia energética y utilizar fuentes renovables de energía), porque el ¡40% del consumo total de la energía en la UE corresponde a los edificios!
En España hemos esperado a qué se inicien los procedimientos de infracción desde Europa para reaccionar, e intentar ponernos a la altura de los demás. La medida llega un poco tarde y a regañadientes, pero esta propuesta realmente es muy interesante desde el punto de vista del ahorro energético.
Nos va a permitir conocer las emisiones y los gastos energéticos que genera nuestra vivienda y cómo podemos reducirlos para pagar menos en nuestras facturas de energía, porque la energía, como ya estamos viendo en los últimos años, cada vez es más valiosa y cara, y porque nuestro país ha de comprar un % elevadísimo de la energía que consumimos, y porque debemos concienciarnos de qué para ahorrar más hay que gastar menos, y podemos hacerlo desde nuestras viviendas. Así que en nuestra mano queda conseguir edificaciones más sostenibles y eficientes.
También se dice que va a ser una medida cara para el ciudadano. Su precio será variable por superficie y tipología y tendrá una validez de 10 años.
Pues bien, para elaborar este informe, el técnico certificador, visitará, analizará, medirá y dibujará su inmueble, pasará todos los datos al ordenador, realizará los cálculos y la certificación, además de realizar un informe con varias opciones de las medidas que usted podría mejorar en su vivienda para reducir sus consumos, lo que le costará implantarlas y en cuanto tiempo las amortizará. En definitiva, unas cuantas horas de trabajo, muchas más, por poner un ejemplo, que los 20 minutos que invierte el mecánico que nos pasa la ITV del coche por unos 50 € cada año o cada dos años en la mayoría de los casos.
Y además, con el informe que le presente su técnico, podrá saber cómo realizar futuras reformas de tal manera que consiga reducir sus facturas, mejorar su calificación energética y por consiguiente revalorizar el valor de su inmueble; pues un posible comprador sin duda, tendrá en cuenta la calificación de su vivienda, al igual que cuando adquirimos un nuevo electrodoméstico si valoramos su letra de eficiencia energética.
¡Sí, por supuesto que es una inversión!, Y aunque no nos han informado bien seamos conocedores que las certificaciones energéticas no son un simple papel para evitar una sanción, sino un informe que nos aporta un técnico que ha de estar cualificado y que tenemos que analizar y guardar para tenerlo en cuenta cuando queramos cambiar la caldera, las carpinterías o hacer cualquier reforma en nuestra vivienda.
Y si no lo creen, investiguen un poco la experiencia de los otros 26 países de la UE que sí han ido haciendo sus deberes a tiempo y reduciendo significativamente sus emisiones y sus consumos energéticos.
Por una vez hagámoslo bien y no nos quedemos atrás.
noelia martínez + edgar robledo, arquitectos.// mr2arquitectos.