Luces led un auténtico boom en el mercado desde su aparición

La luz led ha dado un cambio en la vida de los hogares españoles de forma radical y en muy poco tiempo, al igual que decimos que otros aspectos relacionados con la eficiencia energética van de una manera más lenta en su aceptación y comprensión por la sociedad, la luz LED desde el primer momento se ha visto su utilidad y sus grandes ventajas en contraposición a las desventajas que realmente son mínimas si atendemos a que el precio es bastante más elevado que las luces incandescentes o halógenas pero que debido a su durabilidad y su consumo prácticamente nulo si las comparamos con las luminarias estándar son una auténtica ganga a largo plazo. De ahí que voy a detallar a continuación algunas de las innumerables ventajas.
 
- La primera es que es más segura que la luz tradicional porque es menos contaminante ya que no tiene mercurio ni tungsteno reduciendo a la vez las emisiones en un 80% es decir consume menos energía aportando mucha más emisión de luz en un 80%.
 
- La segunda es que duran muchas más horas es decir pueden durar hasta 45.000 horas de uso lo que supone en años una durabilidad superior a los 15 años si suponemos que las encendemos durante 8 horas al día lo que quiere decir que aún pueden durar mucho más porque es raro que una misma bombilla este en la estancia en la que este este 8 horas funcionando a pleno rendimiento.
 
- La tercera es que no genera calor es decir que no quema como en las anteriores cuando nos acercábamos donde el confort térmico era malo ya que molestaba. Las LED el % mayoritario en su consumo lo convierte en luz y no en energía ahí la clave de su éxito y de que consuma tan poco.
 
- La cuarta y creo que la más importante el gran ahorro energético que supone para el bolsillo de los hogares ya que, como decíamos, aunque son más caras en el momento de su compra, en la factura de la luz se refleja un 85% menos de consumo que sus predecesoras con lo que en poco tiempo son amortizables ya que, si las comparamos con una incandescente, el ahorro puede suponer o alcanzar los 50 euros y respecto de la halógena, pudiendo llegar hasta los 275 euros de ahorro.
 
Además, el encendido es instantáneo y son más resistentes a las inclemencias meteorológicas ya que resisten temperaturas más extremas como también % de humedad superiores y vibraciones como también los colores que reproduce lo hace con una calidad extrema  e impecable.
 
Respecto de su instalación una vez conocedores de sus ventajas hemos de tener en cuenta que si la sustitución proviene de una bombilla incandescente no hay problema ya que se hace de la misma manera sin tener que tener en cuenta la potencia, la forma de fijación de cada una pero si la bombilla es halógena entonces hemos de comprobar el voltaje y el tipo de anclaje debiendo entonces seleccionar o escoger la misma forma de anclaje o tipo y comprobar el voltaje. Por ejemplo, si el halógeno es de 12 V necesitaremos una LED con transformador a diferencia de si es de 230 V que es la tensión normal de las instalaciones a baja tensión de los hogares que son entre 220-230 voltios.
 
Por ejemplo, en tubos fluorescentes que pueden ir en los garajes de las viviendas estos disponen de cebador que es lo mismo que el transformador, la única precaución que tenemos que tener y que no es compleja es que si queremos cambiarlas por LED hemos de quitar el cebador de la tradicional y colocar directamente la LED a la red de 220 V.
 
Las LED tienen de colores el blanco como color base y luego la tonalidad o la banda cromática a partir del blanco puede ser cálida, fría o blanco puro más neutral. Podemos discernir de lo que es cada blanco en función de la estancia en la que nos encontremos, es decir, para salones comedores o habitaciones necesitaremos blancos cálidos luego tendremos que irnos a potencias en grado kelvin de 3000, mientras que si queremos iluminar los trasteros, los garajes o algún tipo de almacén hemos de irnos a una potencia o grado superior ya que la iluminación en luxes es mayor necesitando un blanco frío de 5800 grados kelvin y por último si queremos iluminar las zonas frías de la vivienda como son las cocinas y los cuartos de baño o aseos por hemos de irnos a un término intermedio de iluminación de los tres o más neutro como es el blanco puro donde necesitaremos llegar a los 4500 grados kelvin.
 
Y por último, hemos de fijarnos en otro aspecto no comentado hasta ahora ya que puede reunir todos los requisitos anteriores pero para su perfecta utilidad tenemos que tener en cuenta el ángulo de incidencia o de emisión ya que si, por ejemplo, queremos iluminar una estancia o habitación y tenemos la potencia adecuada, la cromática adecuada pero el ángulo no acompaña, entonces, muchas partes de la estancia pueden quedarse deficientemente iluminadas ya que si queremos iluminar una estancia de superficies estándar como pueden ser para una habitación principal de la casa de unos 12 a 16 metros o el resto de habitaciones de la casa de dimensiones superiores a los 10 m2 necesitamos luminarias de 120 grados. En cambio, por ejemplo, en actividades en locales comerciales donde queremos disponer de luminarias para zonas concretas como pueden ser las mesas, lo que buscaremos es una luz focal o que solo focalice un espacio determinado. En este caso, el ángulo de apertura ha de ser de unos 40 grados.
 
Pero, cuánto podemos ahorrar con las luces LED? Éste es el aspecto que más mira el consumidor. Pues para hacernos una idea, de manera más general, sin entrar en detalle ya que sería tema de otro debate u artículo, una luz LED puesta en donde había una luz halógena, en toda la vida útil que tiene una halógena, que es más corta y menos duradera que la led, podemos hablar de unos 115-120 euros, es decir, si supusiésemos que las dos están funcionando en el mismo espacio o intervalo de tiempo con las mismas horas de uso día tras día cuando la durabilidad de la luz halógena llegara a su fin tendríamos un coste ahorrado de una respecto de la otra de la cantidad mencionada con anterioridad y si a eso se le suma que en una vivienda hay gran cantidad de luminarias que pueden ser susceptibles de ser cambiadas, el aspecto económico solo en el apartado de iluminación cobra gran relevancia y si ya entendemos el mismo concepto pero aplicado a locales o grandes superficies la disminución del coste y el ahorro energético cobra si cabe más importancia.
 
En definitiva, como conclusión, hemos de cambiar nuestras luminarias en los hogares pero,  si no queremos realizar un desembolso económico de golpe, podemos realizar el cambio en el tiempo de manera paulatina a medida que finaliza la vida útil de las halógenas, estableciendo para cada estancia cuando será el momento de su cambio a LED. Una manera de hacerlo sin dañar nuestra economia, y si tenemos un sueldo que entra cada mes en casa y no queremos que se vea mermado en detrimento de las necesidades primarias, podemos establecer una cantidad que no suponga un gran esfuerzo, para que, cuando toda la iluminación este cambiada,  comenzar a ahorrar para amortizar la inversión en el menor período posible.

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