Hablamos mucho de energía. En la sociedad contemporánea hay pocas cosas que sean más necesarias para el funcionamiento eficaz de nuestro modo de vida. Es por ello que la forma en que la usamos pasa a ser de un interés tan elevado, sobre todo de cara a los contrastes al acceso energético que hay en la sociedad actual. Y estas diferencias en el acceso, en la posibilidad de contar con electricidad y combustible, en la posibilidad de pagar las facturas de forma cotidiana, van marcando contrastes que tienen consecuencias muy serias. El simple hecho de no contar con aislamiento térmico y no poder pagar facturas en los meses invernales se traduce en riesgos de salud importantes. Todos estos detalles son los que hacen importante que desde un sitio especializado en eficiencia energética como el nuestro, demos cabida a la discusión sobre la pobreza energética y su impacto en nuestro entorno social cercano y a escala global.

Concepto de pobreza energética

Podemos entender o definir la pobreza energética como la situación que atraviesa un hogar que no tiene la capacidad de poseer o pagar los servicios energéticos que requeriría para poder dar satisfacción a sus necesidades diarias, o deben destinar un porcentaje muy elevado de su ingreso familiar para poder hacer frente al gasto energético de su propia vivienda.

El concepto fue acuñado para comprender de forma cabal el fenómeno de la presencia/ausencia del confort térmico de las viviendas en una situación determinada, pero se ha ido haciendo un uso cada vez más amplio del mismo para comprender fenómenos técnicos y sociales más complejos, incluyendo no sólo la calefacción, sino la iluminación, la producción de agua caliente sanitaria, las instalaciones de la cocina y refrigeración y otros electrodomésticos. Los elementos que no se contemplan son telefonía, internet y el uso de vehículos automotores.

Es de destacar que en los estudios europeos sobre la pobreza energética, la segunda causa más importante para la pobreza energética (después de los bajos recursos económicos), es la falta de criterio en el consumo de la energía, es decir, la existencia de malos hábitos de consumo energético. En tercer lugar, está la baja eficiencia energética de los inmuebles. Como ya hemos mencionado en otros artículos aquí en certificadodeeficienciaenergetica.com, el parque inmobiliario español no se distingue por ser nuevo, por lo que las antiguas edificaciones carecen de los criterios más actuales para optimizar el uso eficiente de la energía (siendo el más destacado el del aislamiento térmico). Una causa importante es también el elevado precio de la energía, el modelo energético planteado para otra realidad y que no se corresponde con las necesidades actuales de la sociedad española.

La pobreza energética en el mundo y en España

Las condiciones en el uso de la energía tanto para fines domésticos como industriales y de locomoción automotora, son muy diferentes en diferentes regiones del mundo. En ese sentido, más allá de los bemoles existentes en la implementación de disposiciones internacionales y de la propia legislación local, la situación en la Unión Europea es privilegiada.

Ello no quiere decir que no existan muchísimas aristas a pulir y una enorme lista de situaciones a mejorar en cuanto a la disminución de la pobreza energética en la región en general y en España en particular. Una de ellas es sin duda la posibilidad en la implementación de cuotas sociales, es decir, impedir el corte del servicio en cuanto a gas y electricidad cuando hay condiciones de precariedad demostrada. En Cataluña, por ejemplo se ha intentado legislar al respecto, pues aunque resulte inverosímil en esta época, aún se producen muertes derivadas directa o indirectamente de la pobreza energética en España. Ya sea por una vivienda fría, o por el uso irresponsable de combustibles o de formas de calefacción mal empleadas.

Si esto se produce en España, es indudable que en otras latitudes hay problemas energéticos mucho más acuciantes y severos. Incluso en países en desarrollo con un crecimiento económico importante, (por ejemplo, algunos de América Latina), la noción de eficiencia energética no está desarrollada, digamos que no tiene presencia alguna en la comunidad. No se habla de aislamiento térmico, las construcciones nuevas tienen muchísimos menos requerimientos técnicos y a pesar de que sí se ha profundizado en el uso de energías renovables, ello no va acompañado con políticas de uso eficiente de la energía, ni con un proyecto energético acorde a las necesidades de consumo actuales (o las correspondientes al clima de cada país). Como resultado, sigue existiendo una gran pobreza energética, la cual tristemente no es considerada como una situación a mejorar de forma urgente.

Hay una enorme confusión entre “ahorro” de energía y uso eficiente de la misma que impide que muchos esfuerzos institucionales e incluso empresariales deriven en una auténtica disminución de la brecha energética. A ello se le suma la falta de infraestructura en muchos países en vías de desarrollo y hay como resultado enormes zonas con deficiencias extremas de energía, que se traducen en riesgos sanitarios, en condiciones de vida difíciles y en un decremento de la propia calidad de vida que representa el tener bajos o mínimos ingresos.

El escaso acceso a la electricidad, el uso de keroseno y otros combustibles que son no sólo contaminantes sino que tienen un uso más delicado, la falta de calefacción, las condiciones en que puede utilizarse la electricidad (sólo por un periodo determinado al día o con cortes programados, por ejemplo) son sólo indicadores de los niveles elevados de pobreza energética que imperan en el mundo en la actualidad.

Y viendo el mapa de la imagen anterior, o leyendo datos, podríamos pensar que es un problema que sólo se presenta en latitudes lejanas, lo que es tristemente falso. En noviembre del año 2016, en Reus (Tarragona), una anciana murió por el incendio provocado por el uso de una vela al que la mujer se vio obligada a recurrir por que le habían cortado el servicio de electricidad por impago. (Más información sobre esta noticia en este enlace). La pobreza energética existe, está acompañada e incrementada por las situaciones críticas económicas en momentos y sitios determinados, y tiene consecuencias que como en este caso, pueden ser fatales.

Incidencia de la eficiencia en la reducción de la pobreza energética

No podemos culpar a la falta de medidas en pro de la eficiencia energética por una situación de una complejidad político, económico-social de tan amplia envergadura. Sin embargo, sí es verdad que la eficiencia energética es un elemento importante para poder atacar esta problemática tan severa. Como ya comentábamos, un factor muy importante es el nivel socioeconómico. Una persona en estado de precariedad, o con un ingreso poco estable, tendrá un alto nivel de probabilidades de no poder pagar adecuadamente sus facturas de electricidad o gas. Este es el detalle en cuya solución podría participar la implementación a larga escala de medidas de educación en eficiencia energética y la práctica de una higiene energética eficiente a escala nacional.

Aclaramos nuevamente que no se trata de una “solución mágica”, sino de una forma de incidir positivamente en la reducción del gasto en energía de las familias españolas. No es una ecuación unívoca, sino una forma de disminuir la suma que se invierte mensualmente en pagar las facturas.

El simple hecho de “aprovechar” la oportunidad cuando tenemos un dinero ahorrado o una suma adicional inesperada en algo tan sencillo como el aislamiento térmico de la habitación de la casa en que pasamos más tiempo (normalmente es el salón), puede ayudar a que en el futuro nuestro presupuesto mensual a invertir en acceder al confort térmico, disminuya.

Si esta misma iniciativa a escala personal la trasladamos a escala nacional, podríamos ver que se apuntalaría un proyecto energético. Con medidas tan simples como incentivar de forma impositiva (con descuentos puntuales en impuestos) al mejorar la eficiencia energética de un inmueble, con una explicación coherente y bien difundida de la importancia del certificado energético como primer paso saludable para la realización de una transacción inmobiliaria y no sólo como trámite, con una educación en la eficiencia energética y no sólo en el ahorro de energía como la única forma de evitar una crisis energética, todos estos pequeños pasos serían importantes para coadyuvar en un esfuerzo multidisciplinario y multisectorial para disminuir la pobreza energética en España.

Estudios interesantes sobre la pobreza energética

La pobreza energética es un tema de gran actualidad no sólo cómo indicador de desigualdad social o de la problemática en la forma en que utilizamos las fuentes de energía, sino también porque muestra las ventanas de disfuncionalidad en el proyecto energético europeo y español que pueden y deben remediarse y atacarse para lograr un mejor uso de la energía, una mejor distribución de las posibilidades en su acceso y una menor huella de carbono a escala individual y social.

Es por ello que nos resulta interesante mencionar algunos estudios concretos realizados para esclarecer esta problemática desde un punto de vista académico, que permiten una mayor comprensión y por qué no, una participación más activa en la resolución de esta situación.

  1. “Pobreza, vulnerabilidad y desigualdad energética. Nuevos Enfoques de Análisis, España 2006-2016”. Este estudio presenta un amplísimo panorama sobre este fenómeno que es desconocido y en ocasiones minimizado por la misma ignorancia que lo rodea. Presenta un análisis estadístico y un análisis de propuestas. Muy interesante el hecho de que es un estudio pagado parcialmente de forma colaborativa gracias a un Crowfunding solidario. Se habla de concepto de vulnerabilidad energética, que permite explicar la pobreza energética como una condición temporal causada por cierta conjunción de situaciones y se profundiza ampliamente en el análisis. Puede consultarse en este
  2. Un estudio enfocado en el análisis de tendencias en América Latina y que permite hacer una comparativa interesante con la situación española puede encontrarse en este proyecto de la CEPAL (enlace)
  3. Las propias empresas que prestan servicios energéticos producen estudios interesantes para el análisis de la pobreza energética como éste.
  4. En este trabajo académico encontramos la propuesta de un Banco Cooperativo de Energía, basada en un análisis exhaustivo de las condiciones de pobreza energética en España. Realizado bajo el auspicio de la Universitat Politècnica de Catalunya en 2013, puede consultarse aquí.

Como podemos ver, existen diversos estudios realizados en español que analizan el complejo fenómeno de la pobreza energética y sus distintas ramificaciones, implicaciones y consecuencias, no sólo en el territorio español, sino en el resto de Europa y en América Latina. También existen algunas iniciativas ciudadanas de organizaciones no gubernamentales como Ecodes, que combaten desde diversas trincheras, la pobreza energética.

El sector de la certificación energética del que nosotros formamos parte, se enfoca en poner su grano de arena informando, difundiendo datos y marcando el acento en el hecho de que cuanto mejor y de forma más eficiente utilizamos la energía no sólo ahorramos en las facturas y prevenimos situaciones futuras de precariedad energética, sino que vamos construyendo un ambiente propicio para evitar las fallas y fracturas estructurales que derivan en la existencia de este tipo especial de pobreza.