Mejora ficticia de la calificación de una vivienda

En línea con nuestro último artículo "Certificados de eficiencia energética honestos o interesados" nace esta publicación. Recapitulando lo expuesto en dicho artículo, hemos detectado diferentes formas de manipular los datos que se emplean para determinar la calificación energética de un inmueble, de manera que dependiendo que datos omitamos o cómo los consideremos podemos variar la calificación energética.

Hoy vamos a hablar de una de ellas: la influencia de los radiadores eléctricos. Antes de seguir adelante, queremos hacer incapie en que no pretendemos promover el fraude y las trampas en los certificados, lo que pretendemos es advertir de algunas de las formas que hemos detectado de las que se pueden manipular las calificaciones energéticas de edificios sin ser punible esta manipulación ya que se han realizado aprovechando lagunas técnicas o legales. De esta forma, si conocemos las trampas podemos detectarlas para evitar ser víctimas de calificaciones engañosas y valorar adecuadamente al profesional que efectúa el trabajo de calificación energética.

Los radiadores eléctricos no requieren de grandes instalaciones, ni forman parte necesariamente de la vivienda o inmueble que calefactan. A nivel de rendimiento, son de las instalaciones para calefacción con menos pérdidas, ya que al tratarse de equipos básicamente resistivos, su rendimiento es prácticamente del cien por cien. Por tanto, si un técnico no los tiene en cuenta a la hora de calificar la vivienda alegando que son elementos desmontables y que no pertenecen estrictamente al inmueble, no está incurriendo en ningún fraude, al menos de tipo legal. Moralmente es evidente que no es correcto, ya que si el técnico detecta que la vivienda dispone de estos equipos debe tenerlos encuentra. Y considerarlos, tanto a la hora de valorar la comodidad y mejora de prestaciones que aportan, como para valorar las emisiones que indirectamente generan, ya que consume electricidad y en la generación de esta electricidad se han producido emisiones de CO2 y en su transporte se han tenido una serie de pérdidas. 

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