Consejos de ahorro de energía en verano

escrito por CertyECO

Continuando con el artículo anterior, 'Consejos de ahorro de energía en calefacción', exponemos hoy las medidas de ahorro energético de las viviendas en verano.

La problemática que tenemos en verano es similar a la del invierno, pero a la inversa. Tenemos mayor temperatura en el exterior que en el interior de la vivienda. La temperatura de confort  en verano se sitúa en torno a los 25 ºC. Al intentar bajar de esa temperatura crecerá notablemente el consumo energético de nuestros aires acondicionados.

Si la temperatura exterior es muy elevada, y en cambio, queremos que la temperatura interior sea baja, el gradiente de temperatura exterior-interior, aumenta. Cuando menor sea este gradiente menor será el consumo, y esto se notará mucho más cuanto peor aislados térmicamente se encuentren nuestros cerramientos y ventanas.

El calentamiento natural interior que era beneficioso en invierno, ahora hay que evitarlo. Para ello es conveniente, siempre que podamos, bajar al máximo todas las persianas. Con una persiana bajada durante el día en verano, conseguimos dos cosas; por un lado evitamos que se produzca un efecto invernadero, y por el otro aumentamos el aislamiento térmico al crear una capa de aire entre la ventana y el vidrio. Si nuestra vivienda dispone de toldos, es conveniente tenerlos bajado, incluso si bajamos las persianas.

La ventilación de las viviendas en verano es el modo más económico de refrigeración. Tener un termómetro exterior y otro interior, puede resultar muy útil para ver cuándo es el mejor momento para realizar la ventilación. Si la temperatura exterior es mayor que la interior calentaremos nuestra vivienda, por lo que se recomienda no abrir las ventanas hasta que la temperatura exterior sea inferior a la de dentro de la casa.

El momento ideal para realizar la ventilación es una vez que se haya puesto el sol y la temperatura exterior se encuentre más baja que la interior. La refrigeración aumenta al abrir las ventanas con las persianas subidas, y tener las puertas interiores de la vivienda también abiertas.  Si tenemos ventanas a dos fachadas, o a una fachada y patio interior se pueden generar grandes corrientes de aire, que producirán mayor refrigeración, pero con las que habrá que tener cuidado.

La ventilación nocturna es ideal, pero hay que cerrar las ventanas y bajar las persianas por las mañanas antes de que salga el sol.

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