No podemos vivir sin energía eléctrica, esa es una verdad tajante y prácticamente innegable en las sociedades occidentales. La forma de vida actual exige la utilización de éste y otro tipo de energías que movilizan los electrodomésticos, dispositivos, iluminación, calefacción, etcétera,… en cualquier vivienda contemporánea.

Es por tratarse de un bien indispensable que el pago periódico y continuo del consumo eléctrico de un hogar representa uno de los gastos a considerar mensualmente para elaborar un presupuesto familiar de gastos.

Así mismo, el hecho de qué se trata de un servicio que precisamos de forma permanente, es lo que hace que sea tan importante el escoger una compañía eléctrica, encontrar la empresa y la tarifa ideal para tu hogar, es algo que tendrá consecuencias positivas para la regulación de tu gasto mensual, para el ahorro de energía y recursos, y eventualmente para concientizarte sobre el uso eficiente de la energía que se refleja en una buena calificación energética.

Es por ello que te ofrecemos algunos elementos que te ayudarán a entender y decidir en el momento de elegir una compañía y una tarifa eléctrica. Recuerda que al igual que para elegir un técnico que te realice tu certificado energético, aquí en este sitio te ofrecemos información y un buen comparador de precios, cuando necesites escoger una compañía eléctrica tendrás que recolectar datos, leer e informarte para realizar una buena elección.

Un mercado libre representa muchas opciones

El mercado energético español, no sólo en lo que concierne a la energía eléctrica, sino también en lo que respecta al gas natural, ha enfrentado desde el año 2009 un proceso de liberalización.

¿Ello que representa? Sin inmiscuirnos demasiado en detalles técnicos, digamos que un mercado libre representa que hay mucha menos interferencia gubernamental o estatal. Lo anterior se traduce en una mayor competencia por parte de las empresas o compañías que ofrecen el servicio en cuestión por ofrecer un precio y un servicio más atractivo para los consumidores.

Es decir, en lugar de qué sea el Estado el que por decreto regule los precios, esta regulación se hace por la propia oferta y demanda que ocurren en el mercado específico.

Otro cambio importante que se ha dado en el mercado energético español a raíz de este proceso de liberalización, es la diferenciación entre las empresas que se dedican a distribuir y aquellas cuyo objetivo es comercializar la energía eléctrica.

¿A qué se dedican las empresas distribuidoras de electricidad? Su trabajo es cuidar la red, las instalaciones y el servicio que se da a la ciudadanía. Si hay un problema (una avería, por ejemplo), es esta empresa la que se encargará de la reparación. Así mismo, es la empresa distribuidora la que realiza la lectura del contador y la transmite a la comercializadora, que es la que efectúa la factura y el cobro.

Entonces, ¿cuál es el trabajo de la empresa comercializadora? Es por decirlo de alguna forma una intermediaria que compra la energía eléctrica a la distribuidora y realiza la venta final al consumidor. Son ellas las que establecen las ofertas y sobre todo, las tarifas que han de pagar los clientes. Y es con estas empresas que un ciudadano debe realizar un contrato para poder contar con electricidad en su hogar.

Ambas empresas obtienen un beneficio económico cuando el cliente paga su factura. Al momento de liquidarla, el cliente abona para la compañía distribuidora el denominado peaje de acceso a la red, aparte de pagar los servicios de la empresa comercializadora.

Existen muchas comercializadoras de electricidad en España, algunas que inclusive les proporcionan el servicio a otras empresas comercializadoras.

Para un listado completo con detalles de estas empresas, se puede consultar directamente el sitio del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.

De entre éstas, las que tienen una mayor presencia son:

  • EDP
  • Iberdrola
  • Endesa
  • Gas Natural – Fenosa
  • E-on

Pero existen más de treinta grandes y pequeñas empresas que proporcionan el servicio de comercialización de la energía eléctrica, con lo que podemos ver que la principal consecuencia de la liberalización del mercado y las reformas legales del 2009 y el 2013, es la presencia de muchas opciones para los consumidores.

¿Qué opinan los usuarios?

A pesar de lo que hemos expuesto respecto a la gran variedad de opciones que existen en la actualidad para elegir una compañía comercializadora de energía eléctrica, la opinión generalizada de los consumidores españoles es que el servicio es demasiado caro, es decir, que no existe una buena relación calidad – precio.

Ello se refleja incluso en la multiplicación de empresas comercializadoras, algunas con presencia en una sola comunidad, así como en la constante queja pública y particular de los consumidores respecto a los servicios que todas estas empresas proporcionan.

Esta opinión negativa no se dirige sólo al precio (mismo que se considera elevado a pesar de las modificaciones legales realizadas y las promesas institucionales de que todo ello se va a traducir en una tarifa menor para el usuario), sino sobre todo a la relación entre las tarifas y el servicio final recibido.

Otra opinión que se ha generalizado es que no sólo los precios son elevados, sino que siguen aumentando.

Ante esta situación, ¿qué opción les queda a los usuarios españoles? Como en cualquier ámbito, para un consumidor que se enfrenta a la decisión de contratar un servicio o adquirir un bien determinado, la mejor herramienta es la información y la comparación de las opciones que existen en el mercado.

Elementos a comparar

El primer elemento que debe tener en cuenta un consumidor español que busca elegir la compañía de luz que más le conviene es sin duda, una evaluación detallada de las características de su vivienda: si es una vivienda nueva o vieja, la calificación que obtuvo en su certificado energético, si está bien aislada térmicamente, su ubicación respecto al sol, el tipo de calefacción y calentamiento de agua sanitaria que posee, sus dimensiones, el número de habitaciones, etcétera. Hay muchos elementos que inciden directa o indirectamente en el consumo de energía, y ello incurre directamente sobre el tipo de tarifa que deba elegirse.

En segundo término, no hay que omitir el número de personas que habitan en la casa. Sus edades también son importantes pues evidentemente no consumirá la misma cantidad de energía un bebé que un adulto. Es relevante también reflexionar sobre los hábitos de las personas que residen en el hogar: cuánto tiempo están en casa, qué dispositivos utilizan, a qué hora se levantan y acuestan, y en qué momentos utilizan la luz eléctrica, entre otros factores.

También resulta valioso reflexionar respecto a los aspectos para los cuales se utiliza la energía eléctrica. Aquí la principal diferencia radicará en el tipo de calefacción (a gas o eléctrica) y de la forma en qué se calienta el agua de uso sanitario (existiendo las mismas variantes).

Esta simple diferencia incide mucho en el volumen de energía eléctrica consumida y será por lo tanto determinante en el tipo de tarifa a elegir.

Finalmente, hay que evaluar tres factores para los que conviene averiguar y estar bien informado, que son: la potencia, la discriminación horaria y el bono social.

La potencia, es lo que nos determinará cuántos aparatos eléctricos pueden conectarse y hacer uso de la energía recibida. En general, para evaluar nuestras necesidades en cuanto a potencia, basta observar la factura actual que poseemos. No debemos olvidar que no podremos utilizar más potencia de la que tenemos contratada. Es decir, si en algún momento utilizamos más potencia de la contratada, se interrumpirá el servicio hasta que desconectemos o dejemos de utilizar un electrodoméstico o dispositivo. Es conveniente preguntar a un electricista especialista o a la misma compañía la potencia que nos conviene contratar, dependiendo del uso que vayamos a hacer de este tipo de energía.

En cuanto a la discriminación horaria, es una modalidad de tarifa que ofrecen las comercializadoras en las que se paga más por la energía recibida a cierta hora del día:

Horario de discriminación horaria en invierno

Periodo valle (más barato) de 22:00 – 12:00 (14 horas)

Periodo punto (más caro) de 12:00 – 22:00 (10 horas)

Horario de discriminación horaria en verano

Periodo valle – horas nocturnas de 23:00 – 13:00 (14 horas)

Periodo punta – horas del día 13:00 – 23:00 (10 horas)

Con todo este análisis, es mucho más fácil pasar a analizar las tarifas que ofrecen las distintas comercializadoras y poder seleccionar, de acuerdo a nuestras propias necesidades aquella que nos ofrezca una mejor alternativa.

¿Existe una gran diferencia de precio entre las distintas comercializadoras?

En cuanto a la tarifa, digamos “plana” que existe por potencia y por euros pagados por kilowatt consumido, en realidad, el precio es el mismo en las distintas compañías. La diferencia en realidad empieza a presentarse al seleccionar una tarifa determinada, un plan de ofertas, un descuento temporal o permanente, etcétera.

En ese sentido es en el que hay que prestar mucha atención, pues algunos descuentos ofrecidos suelen tener una validez determinada, o dependen de otros elementos en el consumo para hacerse válidos.

Existen, al igual que sucede con el certificado de eficiencia energética, sitios comparadores de tarifas energéticas de luz y gas natural. Puede resultar una alternativa interesante el acudir a uno de estos sitios y con el análisis previo de las condiciones del hogar y el uso que se le va a dar al servicio, intentar detectar no sólo qué compañía, sino sobre todo la tarifa que vamos a contratar.

La tarifa “de último recurso”

Además de las tarifas de libre mercado, que son las que representan una mayor variación de una compañía a otra, y que es en las que debemos fijarnos con mucha atención tras haber evaluado nuestras necesidades energéticas, existe la que antes se conocía como tarifa de último recurso y que tras la modificación a la legislación en el año 2013 se conoce como “Precio Voluntario al Pequeño Consumidor”, y que es la única tarifa controlada por el Estado, es decir, no está sometida al libre mercado y es fija para todo el país.

Para poder acogerse a esta tarifa es necesario estar conectado a baja tensión y con una potencia igual o menor a 10kw.

Existe con el objetivo de proteger en cierta medida al consumidor del “salvajismo” de la competencia del libre mercado y también para ofrecer un marco de referencia a las compañías que ofrecen tarifas libres.

En la actualidad, existen tarifas más reducidas que ésta, pero es sin duda porque está presente como referente para los usuarios, que tienen al menos una herramienta que tomar como punto de partida para evaluar las diferentes tarifas que ofrecen las comercializadoras españolas.

Como podemos ver, el espectro en el mercado energético español es muy amplio y ofrece un gran abanico de posibilidades para el usuario, aunque en general, éste no las conoce todas ni está al tanto de las herramientas con las que cuenta para elegir la opción que más le convenga de acuerdo a sus necesidades y a sus recursos.

Por ello repetimos que la mejor alternativa al momento de elegir una compañía eléctrica es informarse bien, tanto de los planes y tarifas ofrecidos por las comercializadoras presentes en la comunidad en qué residamos, como de las propias necesidades energéticas de nuestro hogar. Así mismo, si sentimos que no tenemos las herramientas para tomar una buena decisión, siempre es válido recurrir a un especialista o sitio comparador para subsanar los huecos de información que podamos tener.